miércoles, 26 de agosto de 2009

La viejita peleonera. Cuento del Moris

Vivía al final de la callecita polvosa donde me críe. "Es un alma del diablo", decían muchos adultos del barrio. Le encantaba pelear con quien fuera, donde fuera, a la hora que fuera y por lo que fuera. "Le gusta el bonche", decía Maricela, la tortillera.


Y es que doña Maria Buchinche era así: No admitía reclamos, ni razonamientos, ni disculpas, ni expresiones de admiración, ni adulaciones, ni quejas. A ella todo le sonaba a reto. Todo era un grito de guerra. Era la encarnación de un republicano ultra conservador en un pueblecito tercermundista. Aunque ella no entendía de política, si sabía pelear, porque tenía a flor de labio la respuesta revanchista, retadora y sangrona.

Era el pavor para los machitos que aguavaban a cualquiera (menos a ella), era el temor de las mujeres que creían poseer una lengua invencible. La María Buchinche se enorgullecía porque nadie le hacía problemas en los diez kilometros a la redonda. Era una campeona del pleito. Era tal su avides por pelear que una vez que se estaban peleando dos señoras al fondo opuesto de la calle donde vivía, ella sacó su escoba para barrer la acera frente a su casa. La barrió unas 5 veces y la mirada la clavaba al fondo de donde venían los insultos, las maldiciones, y los guamazos.
Se veía ansiosa, temblorosa y extremadamente impaciente. Ella se paseaba como en león enjaulado ayunando para un examen de la prostata.

Don Chepe Castro le miró y le dijo: "¡Buenos dias, Doña Maria!". La respuesta que ella le dió me dejó helado porque al escucharla entendí la cantidad de contrariedad que la Maria Buchinche andaba llevando a cuestas. Ella le respondió a Don Chepe con firmeza, fuerza y convicción: "¡La tuya hijueputa!".

El confundido vecino me miró y cheleó los ojos para luego agregar, "No te asustes bicho, ella siempre hace lo mismo porque le encanta el bonche, pero yo siempre le hablo, talvez algún día oyé el saludo.

Y es que Don Chepe tenía razón. Hay personas que talvez algún día registren el mensaje correcto de amistad, de paz, bien intencionado y amable. Pero mientras tanto no lo escuchan, seguirán viendo enemigos probables, estando a la defensiva por su mente guerrera, atacando cuanto se mueve porque al igual que la Maria Buchinche son "pelioneros", defensivos autoconvencidos que se les persigue, una especie de paranoicos sociales con errores de percepción.

Que tengan una semana pacífica, son los deseos de, El Moris (Agosto 25 del 2009)

1 comentario:

Anónimo dijo...

ASI COMO LA VIEJITA PELIONERA ESTA EL VIEJITO METIDO SIN VIDA PROPIA QUE PASA ESPIANDO A LA VIEJITA PELIONERA PARA HACER SUS CUENTOS. VEA VOS.