miércoles, 31 de marzo de 2010

Recordando a Jesucristo Super Estrella.

La versión fílmica de la obra teatral "Jesus Christ Super Star" fué todo un éxito de taquilla en todo el mundo y en El Salvador no fué la excepción, porque desde que la anunciaron en cartelera fue vista por muchas personas, especialmente los jóvenes de entonces porque promovía el evangelio con música moderna.

Además, las cadenas de radio de música juvenil de entonces como la Femenina, la Milochenta, la Pantera de la Juventud y otras, ponían a cada rato la música de la película.

Lo que más me gustó de la película, aparte de la música, fué la adaptación de la Pasión de Cristo en el tiempo, pues dejaba el viejo concepto de la representación tradicional y la transladaba al tiempo de entonces de los 70s.

Tedd Neetley hace el papel de Jesús, Ivonne Elliman de María Magdalena, pero quien se roba el show es el negrito Carl Anderson quien interpreta magistralmente a Judas Iscariote.

Otra cosa polémica de la película es que Judas es negro y no blanco. Muchos piensan que los productores de la película lo hicieron a propósito como un claro mensaje en contra de la discriminación racial en los Estados Unidos de entonces.



sábado, 27 de marzo de 2010

La Semana Santa vista por un niño tercermundista.

Por supuesto que recuerdo retrospectivamente lo que era la Semana Santa durante mi niñez.
La recuerdo como una vieja enojada, fanática, pero alegre y rebosante. La sentía como una mezcla de religiosidad excesiva, extrema devoción y una sarta de asuntos raros que francamente nunca entendí de niño, dudé de joven, y analizo ahora de adulto.
Tres cosas que sucedían en esa época nunca olvidaré aunque me de amnesia profunda: la Procesión del Silencio en Jueves Santo donde asistían solamente hombres, la quietud en la que pretendía caer el mundo el Viernes Santo, y las tundas que le asestaban a los pequeños de estatura para que aumentarán sutamaño, a las doce de la medianoche, el Sábado de Gloria para amanecer en el Domingo de Resurrección.
A la Procesión del Silencio asistían solamente hombres impecablemente vestidos de traje azul oscuro, con corte de cabello reciente, olorosos a fragancia de religión, de porte serio, sin sonrisa en sus rostros, muy sobrios.

En dicha procesión nadie estaba supuesto a hablar. Supongo que de allí dependía su nombre. Así que no importaba la edad que uno tuviese, uno tenía que observar esas dos condiciones: ser varón y mudo selectivo. Recuerdo que los mozalbetes traviesos, teníamos como objetivo que los otros jovencitos hablasen por alguna razón. Con ese objetivo, y durante la procesión, nos dedicábamos a molestar a medio mundo de nuestra edad.
Según nosotros, la manera más segura de hacer que hablar a cualquier mudo selectivo era usando las velas que llevábamos encendidas para quemarle el cabello a los más desapercibidos. Así que allí andábamos con la misión de hacer hablar a los mudos que asemejaban a los endemoniados por el Belcebú Bíblico por medio del fuego que representaba al Espíritu Santo. Una causa noble en medio de tanta sin razón, pensaba con mi mente inocente de niño bueno.

En Viernes Santo, se pretendía caer en una quietud espantosa para mi gusto de niño inquieto. Los niños no podíamos correr, ni saltar, ni escupir, ni orinar en el suelo.No se podía gritar tampoco. No nos dejaban jugar nada prácticamente.Los hombres adultos evitaban decir palabras soeces, las bromas rojas eran condenadas al olvido ese día, no "relajeaban" como en otros días, no jugaban alfútbol, y generalmente se dedicaban a observar ritos religiosos que acompañaban la procesión del Santo Entierro. Las mujeres siempre andaban adustas, cubriendosus rostros con mantillas, vestidas con vestido negro porque el que una mujer vistiese pantalones no era bien visto por nadie. Los que cargaban el cuerpo de Nuestro Señor eran los hombres más dignos del pueblo. Eran casados, de buen testimonio, y estaban asentados como fieles feligreses de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Por eso siempre me pregunté porque, al menos, dos de los cargadores del ataúd escatológicamente reverencial eran abiertamente bígamos en una sub-cultura religiosa que aboga por el matrimonio monógamo.

Otro cargador era un político que se volvió rico con la ventaja que da el poder de cuidar las posesiones delos demás. La Iglesia Católica Apostólica Romana era liderada por tres curas bastante terrenos. Todos fumaban y dos jugaban a ser novios a escondidas de algunas beatas.
Esa situación se prestaba para ponerle una pizca de interés a la casa curial y a las misas de la Semana Santa.
Algunos decían que sonaban mucho mejor cuando la misa la daba el cura más romántico de la casa parroquial. Pero esas dos festividades procesionales quedaban reducidas a casi nada cuando pensaba lo que traía a la casa de mi abuela el paso del Sábado de Gloria al Domingo de Resurrección.

Allí se daba un milagro de crecimiento físico para uno de mis primos. Justo a las doce de la media noche, mi abuela despertaba a mi primo, al que apodábamos "Tapón", precisamente por su corta estatura. A la sazón, el tenía 14años y pagaba en el autobús lo que pagaba un menor de edad (cinco centavos). El era técnicamente enano, cabezón, medio cuadrado, robusto, extremadamentef uerte. Cuestión de enanos, como vos entenderás.
"Tapón" tenía la jeta rodeada de labios gruesos, un camanance en cada cachete que compensaba todos los otros defectos físicos. El mundo se le ponía a sus pies por esos benditos hoyos en sus mejillas.

Yo dormía esa noche el año (Sábado de Gloria para amanecer Domingo deResurrección) en casa de mi abuela para observar el ritual de Fe rara que les describo a continuación.
Mi abuela, una devotísima Católica Romana, despertaba a mi primo, quien de antemano se acostaba sin ropa alguna. Lo llevaba al patio trasero, que tenía plantas en abundancia. Era raro ver al primo desnudo a la luz de la noche sideral. Lo amarraba al cocotero que quedaba en la parte más alta del terreno. Luego procedía a zamparle una azotada con un lazo nuevo. El primo aguantaba como todo un enano testorenero, es decir, con huevos azulados pero no asustados.

El quería crecer, y la abuela le había dicho, que ese ritual a esa hora del paso transicional de los dos días más gloriosos de La Semana Santa, le permitiría crecer a sus anchas. Así que después de la azotada, él se iba con fiebre pajiza, pijisa y pilosa a acostar con la plena convicción que amanecería con un centímetro más en su haber.
Yo esperaba desesperadamente por la aurora del Domingo de Resurrección para comprobar que el primo había crecido. Antes de la tunda medio sádica y religiosa yo le medía en contra la columna de roble que sostenía el cuarto del granero. Marcaba con un lápiz su estatura en la madera.

Al día siguiente, hacíamos lo mismo. Y yo había calculado que si mi primo se seguía sometiendo a esos azotes esotéricos e ignominiosos para el año de 1978 el habría alcanzado los dos metros y medio.

Pero la muerte sorprendió a mi abuela, por lo cual "Tapón" se quedó con dos metros solamente.

El Curious Moris (El Jueves Santo del 2009)

lunes, 22 de marzo de 2010

¿Y de boca, que va a querer?

¿Y De boca, que va a querer?
Desde las más comunes: queso frito, chorizo, maní, pescado,,sopa de jaiba, patita de cerdo, chorizo, deditos de queso, ejotes, hongos al ajillo, enredos, corazón y ceviche de pescado.
Pasando por las exóticas: conchas rellenas, punches en alguashte, cabrito asado, consomé de garrobo, arroz con calamares, corazón de palmito, conejo, aros de cebolla, paté de hígado y huevos de iguana.

Sin dejar de mencionar las autóctonas: aguacate, queso duro-viejo, nachos con frijoles, sopa de frijoles blancos, jutes en alguashte, sopa de chipilín, cuajada y yuca con pepezcas.

Terminando con las corrientes, pero siempre útiles: mango verde, hojas de jocote, tortrix y pepino con limón.
La boquita es parte elemental en el arte de tomar; tan importante como la temperatura de la cerveza, la música de fondo, la plática amena, la jarra congelada o el tamaño de las nalgas de la mesera.

Son esos pequeños detalles los que hacen que compartir una mesa cervecera sea un rito de placeres inigualables en el fin de semana de cualquier salvadoreño.

No importa si el precio de la cerveza es mayor con boca, lo importante es el hecho de estar comiendo algo que complemente el sabor de la bironga.

Es un gusto casi psicológico, porque las porciones suelen ser minúsculas, pero complementan el ornato de la mesa junto al salero, la salsa Perrins, el bote de chile, el cenicero y el servilletero.
No se concibe una mesera que no sea capaz de recitar de memoria la variedad de bocas que el chupadero ofrece. No importa si en cada mesa hay un menú, por que de todas formas si lo leés todo y escogés finalmente una, podés tener la seguridad que te van a decir que de esa no hay.

Por eso hemos aprendido que cada vez que se pide una cerveza se debe preguntar ¿que tiene de boca? .

Además hay una especie de cábala o fetichismo en escuchar el listado nuevamente con cada cercha. Los bares, discos y pubs sirven la cerveza sola y tal vez ofrecen una entrada' o “algo para picar”, pero lo nuestro son los chupaderos con su variedad de bocas, con tajaditas de limón, servidas en platitos de barro o de plástico, todos con señales inequívocas de que en algún momento sirvieron también de ceniceros.
Hagamos prevalecer nuestra cultura y sigamos pidiendo bocas, de esta manera mantenemos vivas las tradiciones, tan importantes en la memoria histórica de los países.

Además, que si el día siguiente se amanece con nauseas, calentura y dolor de cabeza, se puede recurrir a la tan trillada frase 'me hicieron daño las bocas'.

Y si no le alcanza el pisto para pedir su biiria con boca, pues no le queda más recurso que pedir que se la sirvan con “boca de paisaje”.

Anónimo.

jueves, 11 de marzo de 2010

El "Chulón".


El chulón es en realidad el Monumento a la Revolución, que está constituido principalmente por dos estructuras. El mural en mosaico de piedras naturales, en cuya ejecución trabajaron seis canteros mexicanos, ayudantes del escultor Francisco Zúñiga y nueve canteros salvadoreños, simbolizado por un hombre desnudo, representa al hombre sin ataduras. La segunda es el grupo escultórico de 5 metros de alto por 4 de largo y 3 de frente. Ambos son alegóricos a la revolución de 1948, que dio origen a la constitución de 1950.
Escultura
El costo de su edificación fue de 49, 600 colones

Este grupo escultórico es muy poco conocido por los salvadoreños, ya que originalmente y antes de la edificación del Museo del Arte de El Salvador, se encontraba un tanto invisible a los transeúntes, o al menos pasaba desapercibido.

El Monumento a la Revolución es obra de los arquitectos Oscar Reyes y Kurt Schulze, quienes resultaron ganadores del concurso convocado en 1953 por el Ministerio de Fomento y Obras Públicas, durante la gestión del presidente Oscar Osorio (1950-1956). Dos contratos adicionales se firmaron para realizar la obra. Uno con Antonio Cevallos Leal, mexicano, y con Violeta Bonilla de Cevallos, salvadoreña, quienes dirigieron el mural en mosaico de piedras y el segundo con Francisco Zúñiga, de origen costarricense y nacionalizado en México, quien dirigió el grupo escultórico.

El Mosaico.

Las piedras que forman el mosaico son de colores naturales y fueron recolectadas a nivel nacional. El resto de la piedra que se usó fue traída de la cantera volcánica El Roble, en Ahuachapán. Su estructura tiene una forma de teja. El hombre desnudo mirando hacia arriba y con sus brazos levantados, representan la libertad.

En una cita bibliográfica, Violeta Bonilla (1926-1999) expresa sobre el significado de la figura: “Quise representar un hombre sin ataduras, sus manos sueltas expresan la libertad intangible, y los cuatro picos del fondo representan otras cuatro naciones centroamericanas”

domingo, 7 de marzo de 2010

Patria Chiquita mía.

Esta es la canción "Patria chiquita mía" de Francisco Manzanares (Paco Cutumay), hermano de "Mariposa", una de las locutoras de Radio Venceremos; interpretada por Eduardo Esteijaer (Eduardo Cutumay), de origen holandes, unos tres meses antes que muriera de cancer en Nueva Zelanda.

Eduardo y Paco eran miembros del grupo de música guerrillera "Cutumay Camones", cuyo nombre fue puesto en memoria del cantón de Santa Ana, lugar en donde la entonces novata e inexperta guerrilla sufrió una dura derrota en 1981,pocos días después de la llamada "ofensiva final".

Mi objetivo de ponerla en el blog no es por motivos políticos, sino de exponer el inagotable talento artístico salvadoreño, y que hasta los acontecimientos traumáticos y dolorosos como la guerra, pueden servir como fuentes de inspiración para el arte.




jueves, 4 de marzo de 2010

Para entonces.


PARA ENTONCES

Quiero morir cuando decline el día,
en alta mar y con la cara al cielo;
donde parezca un sueño la agonía,
y el alma, un ave que remonta el vuelo.

No escuchar en los últimos instantes,
ya con el cielo y con el mar a solas,
más voces ni plegarias sollozantes,
que el majestuoso tumbo de las olas.

Morir cuando la luz triste retira
sus áureas redes de la onda verde,
y ser como ese sol que lento expira,
algo muy luminoso que se pierde.

Morir, y joven, antes que destruya
el tiempo aleve la gentil corona;
cuando la vida dice aún: "soy tuya",
aunque sepamos bien que nos traiciona!

Manuel Gutiérrez Nájera, poeta mexicano, 1859-1899