sábado, 28 de febrero de 2009

Recordando a Aniceto Porsisoca y Rey "el chele" Ávila




Juán "chatarra" Morales

Juan “chatarra” Morales.
Por Don Lito Montalvo

Juan fue un niño muy inquieto, sus manitas traviesas en más de una ocasión recibieron un castigo, además del sobrenombre de “manitas” destructoras”.
La bendita costumbre no se le pudo quitar, cuanto objeto llegaba a sus manos, era examinado y a veces desarmado para ver qué tenía adentro.

Cuando tuvo ocho años, pidió al Niño Dios un juego de herramientas (tenazas, martillo, desarmador y sierra), con la cual empezó su insipiente profesión de mecánico.
A los doce años, ya reparaba planchas, licuadoras, y otros aparatos caseros, con lo que cobraba ayudaba a su mamá y economizaba el resto.
A los quince años ya tenía un pequeño taller de reparaciones varias, pero su verdadera vocación eran los carros y, en especial, los camiones.

Juan se quejaba de no haber nacido en Detroit, meca de los automóviles, pero estudiaba cuanta revista automotriz llegaba a sus manos.
Poco a poco, Juan se convirtió en una autoridad en mecánica, y era consultado por los maestros de los talleres vecinos. Muchos le ofrecieron empleo, pero él se negaba porque tenía otros ideales y otras metas, pero siempre fue respetado por su espíritu de colaboración y nunca se negaba a ofrecer sus servicios. Esto le ganó el aprecio de todos los que lo trataban.

Al fin puso su taller en el patio de su casa, y su clientela creció como la espuma, por la gran habilidad de Juan. Tenía como costumbre hacer visitas periódicas a las hueseras, donde llegó a familiarizarse tanto que lo bautizaron cariñosamente Juan “chatarra” Morales.

El sueño de Juan era el de construir su propio camión, hecho de piezas de diferentes vehículos, las que empezó a adquirir en las hueseras. Y fue así como consiguió un motor Cummins, el cual reparó, porque estaba fundido. Compró también un chasis Magirus, y así inició la realidad de su sueño. Adquirió una cabina de Toyota, una caja de Man, un cardán de Ford, la transmisión de un Mack, los guardafangos de Isuzu, faroles de Mercedes Benz, un bomper de Nissan y los asientos fueron de camión GMC.

Con todas las piezas, Juan logró terminar su camión, lo lijó con gran esmero y le aplicó una excelente capa de pintura acrílica. Además lo equipó con una mica de diez toneladas, una caja de herramientas, dos llantas de repuesto, un extinguidor, los triángulos preventivos de accidentes y una cadena de remolque.

Cuando la obra maestra, como él la llamaba, estuvo concluida, Juan decidió ponerlo a trabajar para poder recuperar todo el dinero de sus ahorros que había invertido, por lo que buscó una empresa tramitadora para conseguir las placas. El tramitador informó a Juan que, para poder matricular el vehículo “hechizo”, debería proporcionarle la póliza de importación del vehículo, la tarjeta de circulación de los vehículos de los cuales había conseguido las piezas, el NIT de los propietarios anteriores, la revisión del Ministerio de Economía, la revisión del Departamento de pesas y medidas, el permiso de Transporte, la revisión del Departamento de Tránsito, las placas de los vehículos deshuesados, la solvencia de renta y la matrícula de Comercio.

Juan se sintió desilusionado al darse cuenta de lo difícil, por no decir imposible, que sería conseguir tantos papeles, por lo que optó por guardar su camión en un rincón de su taller, mientras tomaba una decisión sobre lo que tenía que hacer.

Pocos días después, se presentaron al taller, agentes de paisano de la policía, quienes pidieron los documentos de los vehículos que allí se encontraban. Al llegar al camión de Juan, este les explicó que su camión era “hechizo”, y que por lo tanto, no tenía papeles. Los detectives no le dieron crédito a las explicaciones de Juan, procedieron a ponerle las esposas, y se lo llevaron al cuartel general en vías de investigación. Tres días después, no pudiendo Juan demostrar “legalmente” la procedencia de su camión, fue llevado a Mariona a prisión provisional, mientras se ventilaba el juicio. Los parientes de Juan se movieron a pedir ayuda a los dueños de las hueseras, presentaron una hoja certificada y juramentada en papel de cuarenta, en el que demostraban la inocencia de Juan, por lo que el Juez, después de cuarenta y cinco días, sacó sobreseído a Juan de la cárcel.

El pobre Juan regresó a su casa con veinte libras menos, paludismo crónico, picazón en el cuerpo y una numerosa colonia de piojos. El juez llamó a Juan y le dijo que su inocencia era dudosa, pero en vista de las numerosas firmas de los dueños de hueseras, le otorgaba la libertad condicional, pero que en el futuro se abstuviera de tales “bayuncadas”.

Juan cerró el taller y estuvo sin trabajar dos quincenas. Una vez recuperado física y sicológicamente, regresó al taller. Se dirigió a su obra maestra. Le quitó la lona que lo cubría, se quedó pensativo por unos cuantos segundos apreciando el producto de su capacidad y habilidad...Luego, con paso firme tomó la antorcha de acetileno y procedió a partir su camión en piezas, las cuales vendió a las hueseras a razón de cincuenta colones el quintal.

MORALEJA: Si quieres inventar algo, no lo hagas en El Salvador.

martes, 24 de febrero de 2009

Recordando a Polo y los Apson


Canción "El último beso", interpretada por Leopoldo Sánchez Labastida (Polo) y el grupo Los Apson de México.
Éxito de 1964 original de J. Frank Wilson and the Cavaliers.

domingo, 22 de febrero de 2009

Recordando al maestro Luís Alonso Polío

Grandes personajes que han contribuido con el Folklore Salvadoreño.
Don Luís Alonso Polío

Leyenda viva de la música Folklórica y bailable Salvadoreña, nació el 21 de Julio de 1906, en la ciudad de Usulután, en el hogar formado por sus padres don Manuel Polío Escobar y Anita Nolasco de Polío. Esposo de Doña Amelia de Polío y padre de Martha Inés de Mixa.

Don Luís falleció el 28 de noviembre de 2003 a los 97 años de edad en la ciudad de San Salvador.

El maestro Polío, uno de los creadores e intérpretes más destacados de la música popular bailable y creador de música Folklórica de la campiña Salvadoreña del siglo XX.
Inclinado por la música desde muy temprana edad, sus primeros instrumentos que aprendió a tocar fueron el Piano y el Contrabajo; ya en su juventud y madurez brilló como Director, fundador ejecutante de música de Marimbas y Orquestas Salvadoreñas.
En su época productiva fundó la famosa orquesta Sonora, pero la real consagración Nacional e Internacional la conquistó compitiendo con los más valorados grupos musicales Salvadoreños y de la región. En 1933, con su Marimba Sonora, salió en prolongada gira por diversos países del mar Caribe, que duró 3 años, por lo que su regreso fue todo un acontecimiento entusiastamente celebrado en el país por la juventud de aquellos años.
Uno de los más resonantes éxitos artísticos lo constituyó con la participación de su Marimba Sonora en el año 1939, en un concurso de cuatro Marimbas Salvadoreñas, cuyo premio ganó y que consistía en ser designada para viajar a la ciudad de San Francisco, California, para amenizar el Pabellón Salvadoreño en la Exposición Internacional “Golden Gate” a celebrarse en la Isla del Tesoro de La Bahía de San Francisco y que se efectuó entre febrero y noviembre de ese año.
Allí el maestro Polío tuvo oportunidad de demostrar su versatilidad, creatividad y habilidad ejecutando con los astros de la música moderna Norteamericana de la época, como Glen Miller, Louis Armstrong y Bennie Goodman.

De 1977 a 1993, fue Director Musical fundador del Ballet Folklórico del Instituto Salvadoreño de Turismo ISTU, realizando giras Nacionales e Internacionales y además, creando gran cantidad de música.

Baile tradicional autóctono "El torito pinto".
Anónimo.

jueves, 19 de febrero de 2009

Imágenes que se ven solo en El Salvador

Unase a la campaña de alfabetización.
Ministerio de Educación.

Para el mal de mayo...y de junio...y de...

¿De a komo kiere los costeles de konchas?

¡Este motorista si tiene pelotas!

Sin comentarios.

¡A la gran uta!, se le olvidó la P.

Solo en El Salvador la gente lleva su huacalito para bañarse en el mar.


¡ Que nombrecito!


Disminuya la velocidad, o se va a ir a hacer m...


Este es el nuevo Metro bus que quiere implementar Norman Quijano en San Salvador.


El Fovial trabajando

Pobrecitos bolitos. Nadie los quiere.











lunes, 16 de febrero de 2009

Hoy solo escribo, por escribir

Hoy solo escribo, por escribir.
Sin motivo ni inspiración alguna.
Solamente agarré papel y pluma
y mi mano diestra empezó a escribir.

Hoy no escribo poesía ni verso,
ni tampoco prosa estilizada.
Hoy solo escribo palabra rimada
que me salió sin el menor esfuerzo.

Quise hacer un verso de amor
pero no encontré musa amorosa.
Quise también hacer una prosa
pero no encontré tema de valor.

Quise hacer una burlona rima,
pero no había alegría en mi alma.
Solo quise escribir para darle calma
a mi espíritu con baja autoestima.

Quise luego escribir un ensayo
acerca de mis amores ya idos,
pero no creo les guste a los maridos
de esas que fueron mis flores de mayo.

Quise escribir sobre la miseria del campesino
y de los millones de niños sin hogar.
Quise escribir sobre el armamento nuclear
y del odio humano, mortal asesino.

Quise escribir de la maravilla del ser humano,
del amor, de la amistad y de la esperanza;
de las penas que la vida nos lanza
y también de lo que es ser un buen cristiano.

Quise escribirle a mi patria querida
para darle ánimos a que siga adelante.
Que las calamidades pasarán, Dios mediante,
hoy que se siente temerosa y herida.

Pero no pude escribir nada
porque mi musa estaba ausente.
La poesía es novia, seguramente,
de los que tienen a Venus de amada.

Así que solo me puse a escribir
porque me gusta ejercitar la mente.
Y que por torpe, lastimosamente,
no se me ocurrió nada que escribir.

Memo R.Díaz


Pintura del maestro Alberto Masferrer hecha por Valero Lecha, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de El Salvador. Tomada de la pagina cultural Cuscatlán

sábado, 14 de febrero de 2009

Felíz día de San Valentín



En el día del amor y la amistad les traigo este bello bolero interpretado por el cubano Benny More, el Bárbaro.



Y como en el día de los enamorados no pueden faltar las serenatas, aquí les traigo uno de los mejores tríos que han existido, los Diamantes y la canción "Usted".


Y para terminar, nada mejor que una clásica de los 60s. "Be my baby " con las Ronettes.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Maestra Lorenza

Por Maria Erlinda Villanueva.

Mi cuarto grado de Primaria, señores lectores, fue un verdadero Calvario!.
Pero tambien fué... mi mayor fuente de infomación; la base de mi educación escolar.
Recuerdo muy bien esa rutina diaria.
Frente a la humilde aula de clases, en aquella antigua escuelita de mis recuerdos, cada mañana antes de nuestra primera clase, en fila india y con un metro exacto de distancia, estábamos ahí: 25 niños , desde las 07:30 a las 08:00 de la mañana, transpirando bajo el sol tropical de la época.
Nuestros nombres y apellidos eran gritados, sin equivocarse, por la voz chillona de la" Señorita Lorenza", quien más parecía Coronel de Brigada de Infantería, pasando lista , que nuestra Maestra!.
Uno por uno éramos llamados un paso adelante, para nuestra revisión diaria.
El uniforme debía estar impecable, limpio y debidamente planchado
!Oh Dios , No llevar el uniforme era un delito capital!.
El cabello era meticulosamente inspeccionado hebra por hebra, para descartar que hubiesen piojos, liendres, chinches, telepates, u otros insectos, nocivos para la salud.
Ella, mi recordada maestra, se cercioraba que nuestras uñas ,( que según ella escondían desde tierra, hasta dinero) estubieran siempre completamente limpias.
Los oídos no debían estar llenos de cerumen, porque eso no nos dejaba escuchar su clase.
El bendito y terrorífico interrogatorio de cada mañana: "Fulanito, te bañaste el día de hoy?", nos hacía temblar.
El temor iba creciendo cuando llegaba a los bolsillos, que era el verdadero escondite de nuestros mas caros tesoros.
Siempre nos eran decomisados: trompos, yo-yos, canicas, saltacuerdas, los bolígrafos de nuestros compañeros, chicles, yeso y algunas veces la cartera que la maestra había perdido hacía semanas!.
Los zapatos, oh señor mío! los zapatos debían estar bien lustrados, porque según ella: "Revelaban nuestra verdadera personalidad"; pero para nosotros solo era el pasaje secreto, donde habitaban los hongos, mazamorras, pie de atleta y asimismo el escondrijo del dinero de nuestros padres y por supuesto el infaltable olor a queso podrido, con tamarindo y copinoles, que era " tan nuestro" y nos avergonzaba compartirlo con los demás!.

El último paso y el más temido por todos era LA REVISION DE LOS DIENTES!, eso nos daba un sentimiento extraño, como prisioneros de un campo de concentración de la segunda guerra mundial! .
Ella , la señorita Lorenza, tenía la capacidad de describir en nuestra dentición de leche con lujo de detalles , el tipo de comida que habíamos ingerido toda la semana!; si teníamos caries, si no habíamos desayunado o estábamos al borde del desmayo, hasta descubrir en nuestro aliento si sufriamos diabetes!.
Creo que hubiera sido el mejor médico general o dentista de su época.
Era increíble su habilidad, para descubrir en el aliento, nuestros más intimos secretos digestivos!.
Bajaba sus lentes oscuros, que colgaban entre la punta de su naríz, y el principio del labio superior, donde lucía su bigote de mujer; y casi metía su cabeza en nuestras pequeñas bocas!.
Con una linterna en su mano, examinaba nuestras amígdalas y daba su diagnóstico exacto: Amigdalitis, Bocio, Caries, Paperas, Desnutrición, Anemia, Apendicitis, sin equivocarse.
Sabía también si ese día , habíamos mentido o dicho palabras obcenas.
Ah! tiempos aquellos, cuando el mayor tormento para mí era la clase de matemáticas.
A mis escasos nueve años, llegue a odiar esa materia.
Mi maestra decía que las matemáticas eran la llave del éxito, que debía ser mi aliada.
Para mi era, mi más acérrima enemiga.
Cada día frente a la clase entera, debíamos repetir las tablas de multiplicar, hasta saberlas de memoria y hay de tí si no las habías aprendido!.
El metro de madera en su mano, tenía un uso muy especial; más que un instrumento de medidas, era un instrumento de castigo!.
Fueron tantas las veces que me ví frente a la clase entera, con mis manos alzadas sosteniendo un pupitre en mi cabeza, como castigo; soportando la burla de mis compañeros de clase, hasta aprender las tablas de multiplicar!.
Esa maestra, mi señorita Maestra, a quien nunca logré entender, ni olvidar; era una anciana de 70 años de edad, educada en su famosa " Escuela Normal de Señoritas en la Capital".
Siempre vestía impecable, con su moño en su cabeza y sus largos vestidos coloridos.
Esas pantimedias que escondían las venas y várices de sus piernas débiles y flacas, provocadas por estar de pie, frente a cientos de generaciones de alumnos.
Su piel morena, contrastaba terriblemente con su cabello totalmente blanco.
Tenía la visión tan aguda, como la de un águila.
Sabía de memoria el nombre de todos los alumnos que pasamos por su aula de clases cada año.
Ella más que mi maestra, parecía la bruja salida de mi libro de cuentos fantásticos, con un peculiar lunar en su puntiaguda nariz.
En mi resentimiento de niño, siempre pensé en el regalo ideal para ella, en el día del maestro: " UNA ESCOBA ".
Si señores, ella era una bruja, pero una bruja de las Matemáticas y de las Ciencias!.
Con los años, lo que nunca parecía desgastado era su voz, su temperamento y su memoria.
Ah! pero que sabia era mi maestra Lorenza, no había tema de su época, que no manejara con lujo de destreza: Música, Letras, Matemáticas, Historia etc.
Ella era un santuario del conocimiento, una Biblioteca andante.
Una enciclopedia viviente!.
Era brillante, era buena, a pesar de su aspecto.
Ella nació con el siglo, donde el tiempo y la sabiduría se unen.
No estoy seguro si ella alguna vez fue niña, creo que nació siendo adulta.
Con el paso de los años, aprendí a quererla y a respetarla.
Esta insigne señora trabajó hasta los 85 años de edad, para el bien de los niños, sus amados niños.
Nunca se casó, nunca tuvo tiempo para ser madre de sus propios hijos; pero dejó un legado de profesionales , de jóvenes amantes de la lectura , del progreso y la cultura.
Ella fue una lumbrera en mi camino.
Ella dejó un preciado legado en la juventud de mi época, en sus ex- alumnos que hasta el día de hoy estoy segura, todos cumplimos al pie de la letra.
Te parecerá risible pero aun nos autocultivamos, nos culturizamos.
Nos cepillamos tres veces al día y antes de acostarnos; tambien nos bañamos todos los días y como un ritual, limpiamos y recortamos nuestras uñas.
Somos padres que tenemos hijos que aman las Matemáticas y saben las tablas de multiplicar de memoria ; hijos que no tienen cerumen en sus oídos para escuchar las necesidades de los demás.
El nombre de mi maestra, tan antiguo como el tiempo, me perseguirá siempre.
Crecí, maduré y no le guardo resentimiento; ya no la culpo, sé que era la metodología de su época, sé que quería el bien para todos sus niños, sus alumos; aunque quizá en ese momento no lo entendimos.
Hoy que veo mi pasado, reverencio a esta noble señora y sé que ella forjó para mi destino, el mejor tesoro: " La Enseñanza".
Aún puedo repetir una por una , las tablas de multiplicar; he triunfado, fuí disciplinado.
A ella , a mi maestra, que se fué con el siglo, dedico este humilde cuento.
Descansa en paz, Mi querida Maestra Lorenza!.

domingo, 8 de febrero de 2009

Recordando a Juán Ramón



Antes de que apareciera en el firmamento musical romántico suramericano nombres como Leo Dan, Palito Ortega o Leonardo Favio, ya existía un joven argentino cuyas canciones se escuchaban en las radios de todos los paises latinoamericanos, y era Juán Ramón.

viernes, 6 de febrero de 2009

Recordando a Mocedades



Para empezar el més del amor y la amistad les traigo al grupo español Mocedades, que ganó el segundo lugar del concurso de Eurovisión de 1973 con la canción "Eres tu".

Mocedades era integrado por los hermanos Uranga (Amaya, Estibaliz y Roberto), los también hermanos Rafael y Sergio Blanco, José Ipiña, y Paco Panera.
Posteriormente varios integrantes dejaron el grupo y se le añadieron otros como Javier Garay y Carlos Zubiaga que había pertenecido al famoso grupo de "Los Mitos".

Mocedades hizo varias giras por América visitando varios paises incluyendo el nuestro, presentándose en el Poliedro de Colón, con mucho éxito.

A finales de los 70s la banda se desintegró y dos de sus miembros formaron el dueto de "Sergio y Estibaliz".

Posteriormente a finales de los 90s, debido a la nostalgia de sus seguidores que no los olvidaban, decidieron regresar y muchos de los integrantes originales de Mocedades formaron el grupo "Consorcio".

martes, 3 de febrero de 2009

Mercadotecnia de barrio

-¡Niña Mercedes!-llegó diciendo con excitación la Romilia. Fíjese que la niña Abigail ha hecho quesadilla especial para vender. Ahorita va saliendo, está calientita.

Tomá, aligerate, andá trae una.

Cuando Don Emilio entró en el comedor, minutos más tarde, vio sobre la mesa la quesadilla que iba ya a la mitad.

-¿Y la quesadilla Meches?-dijo cortando un trocito para probarla.

Es de donde la niña Abigail. ¿No quiere que le prepare una tacita de café?

Don Emilio asintió gustoso colocando unas monedas sobre la mesa.

-Que vayan a comprar otra porque ésta no va a alcanzar-dijo.

Cuando la muchacha regresó con la nueva quesadilla, acababa de llegar la Gabriela al comedor.

-¡Que rico huele!-dijo. Demen un pedacito para probarla.

-Mandá a traer otra Meches-dijo Don Emilio sirviéndose una orilla-. Esta ya se está terminando.

Cuando la sirvienta regresó con la tercer quesadilla, la Dora ya se había incorporado al comedor y estaba dando cuenta del último pedacito de la anterior.

¿Qué están comiendo?- dijo la Mila desde la puerta. -¡Quesadilla!. Qué bárbaros. ¿Por qué no me avisaron? ¡Romilia!, haceme una tacita de café.

-Que vayan a comprar otra Meches-dijo Don Emilio-, porque ésta ya se terminó.

Cuando la Romilia regresó con el último encargo, prácticamente la estaba esperando toda la familia en el comedor.

-¿Qué pasó-exclamó la niña Mercedes al ver llegar a la sirvienta con las manos vacías-, ya se terminaron?

No-contestó-,todavía tenía pero ya no quiso venderme.

-¿Y eso niña? ¿Qué te dijeron? ¿Por qué ya no quiso venderte otra quesadilla la niña Abigail?

-No sé- respondió la Romilia, sólo se me quedó viendo así y me dijo bien enojada:
A la gran puta, ustedes creen que solo ustedes tienen barriga”.


Guillermo Schlesinger
De su libro: “Arranca cebolla”.