miércoles, 30 de junio de 2010

¡NO SE QUEJE!

¿Encuentra absurdo el robo de furgones con mercadería, a veces hasta con asesinatos de los camioneros?
Solución: No compre cosas de dudosa procedencia, "cachadas" o robadas, exija la factura en todas sus compras.

¿Encuentra absurdo el desorden causado por los vendedores ambulantes?
Solución: Nunca compre nada a ellos, vaya a los mercados municipales o almacenes establecidos.
La mayor parte de las mercaderías de las ventas ambulantes son productos de baja calidad, muchos son robados, falsificados o contrabandeados; y si se trata de comida, es muy probable que le cause alguna enfermedad a usted o algún miembro de su familia.

¿Usted encuentra absurdo el enriquecimiento ilícito y la corrupción ?
Solución: No lo admire, ni lo practique; repúdielo, denúncielo, y no de mordidas, ni pequeñas ni grandes.

¿Usted encuentra absurda la cantidad de mendigos en los semáforos o en cada esquina?
Solución: Nunca les dé NADA. Canalice su ayuda solidaria directamente a las instituciones de su confianza. (PERO, SI NO CUMPLE CON LO SEGUNDO, NO SE SIENTA BIEN HACIENDO LO PRIMERO, NO SIRVE PARA JUSTIFICARSE, SEA HONESTO CONSIGO MISMO)

¿Usted encuentra absurdo que el agua provocada por las lluvias inunden la ciudad y que la basura tape los tragantes?
Solución: No sea "cochino". NO tire la basura en la calle o en el suelo. Tírela en los CANASTOS DE BASURA, barra la acera de su casa; y si construye, no tire la basura en las coladeras, ni tire el ripio o la tierra en las barrancas o al río.

¿Le cae mal que muchas esquinas de algunas calles "apesten" a miados y a caca.
Solución: No se meye o cague en la calle.
¿Usted encuentra absurdo que haya revendedores de entradas para espectáculos o en el estadio?
Solución: No les compre, aunque eso signifique perderse el evento. Mejor trate de comprar con oportunidad.

¿Le dá cólera que los demás motoristas y buseros bloquean las calles y las esquinas y provoquen "trabazones" de tránsito?
Solución: Sea cortés y educado al manejar. Nunca le cierre el paso al otro carro aunque usted tenga el derecho de vía. Respete los altos y los semáforos, obedezca las señales de tránsito, estacione en los lugares habilitados y practique la técnica de paso "uno por uno". Respete el derecho de paso a los transeuntes.

¿Usted considera alarmante el índice de criminalidad en este país?
Solución: Si es empresario, comerciante o industrial, invierta en nuestro país. ¡Produzca productos y servicios de calidad y pague sueldos de dignidad!.
Si es empleado, trabaje como que la empresa donde labora fuera de su propiedad. Paguen ambos sus impuestos de acuerdo a sus ingresos.
Haciendo ésto, lograremos crear más oportunidades de empleo y trabajo para aquellos que por no contar con ellas. han decidido obtener medios de subsistencia por métodos fuera de la ley y el orden, y cometen crímenes contra la sociedad.

¿Considera alarmante el aumento de los secuestros de personas por dinero, y que de todos modos los secuestradores matan a los secuestrados, aun que los familiares paguen el dinero del rescate?
Solución: Aunque sea doloroso, denúncielos a la policía, nunca negocie con maleantes. El necogio de los maleantes es el uso del miedo, y su fin, el obtener dinero.

¿Usted encuentra terrible el problema de la drogadicción?
Solución: Aconséjelos y cuide bien a sus hijos y ni siquiera tendrá que vigilarlos.

SI USTED CONSIDERA QUE NINGUNA DE LAS COSAS ANTERIORES MEJORARÍA EL PAÍS, ENTONCES USTED ES PARTE DEL PROBLEMA Y NO DE LA SOLUCIÓN.

¡PÍENSELO! Y FORME PARTE DE LA SOLUCIÓN , NO DEL PROBLEMA QUE AQUEJA A LA NACIÓN.
LA SOLUCIÓN INICIA CONMIGO Y CONTIGO. Y si no participa....¡NO SE QUEJE!!

Como sociedad estamos pasando por una peligrosa etapa de completa de pérdida de valores morales, de respeto a la vida y la propiedad ajena, de civismo y de patriotismo.

Necesitamos cambiar nuestro comportamiento para que podamos vivir en un país donde tengamos el orgullo de decir: YO soy orgulloso de ser salvadoreño. Siendo pasivo, usted no contribuye con nada; por lo tanto, no puede reclamar.

Practique los puntos con los cuales usted concordó e intente practicar también aquellos con los cuales no lo hizo.

Y, sobre todo, divulgue este mensaje, (por lo menos entre sus amigos), pues así estará contribuyendo para un El Salvador mejor.

Necesitamos mejorar nuestro país. Vamos todos a vivir con respeto y moral y eso tiene que comenzar con cada uno de nosostros.


Anónimo, me lo enviaron.

sábado, 19 de junio de 2010

El Chucho.

El chucho es mi hermano. El chucho me cuida en las noches cuando me quedo sola con los cipotes. Y nada más hay que la oscurana encima de uno.
El miedo de no amanecer el otro día. Nuestra reconfortación es que el chucho ronca debajo de la carreta. Que de vez en cuando husmea y comienza a ladrar a los cielos.
Son cincuenta siglos de chuchos des cuando andaba nuestro señor acompañado de gente pobre. Ahí íban queriéndole morderla túnica, jugando, caracoleando. Los chuchos del señor.
El chucho es mi hijo, mi hermano, mi primo, mi tío, mis abuelos, mis sobrinos, mis tíos-abuelos y sobrinos-nietos, bisnietos y tataranietos.
El chucho ladra para hacerse sentir y me habla cuando tiene hambre, cuando tiene frío. El chucho es como los pollitos sólo que lo hacen canciones en la escuela.
Sin el chucho no hay familia, es la verdad.

Cuando las ánimas andan sueltas es mejor amarrar al chucho a un palo de jocote o madrecacao porque si no se agarran a mordidas y el que lleva las de perder es el chucho.
Si está amarrado, la cosa cambia porque entonces las ánimas creen que es un hermano de sufrimiento y no lo atacan. Tiene que ser en un jocote o en un madrecacao.
Pobrecito mi chucho aguacatero. Así le dicen porque sobrevive gracias a los aguacates caídos debajo de los palos de las fincas de café. Pero yo no lo dijo hambrear, siempre le tiro su tortilla especial.

Pijiriche come tortilla con sal como cualquiera de nosotros, aunque de vez en cuando sale en busca de comer sus cositas por fuera y a lo mejor comerá aguacate. Yo no sé.
Ahí está con los ojos tristes, con los ojos llenos de lágrimas y hablándome en otro lenguaje que no entiendo por es más difícil que el inglés. Me mira y me mira hasta que logro entenderle.
El vivo a señas y el tonto a palos, eso es nada más por decirlo pues a veces puede volverse al revés y el chucho entiende a señas y el vivo a palos.

El chuco es nuestro amo. Chucho lindo, pelo suave, cabeza de huacal. ¿Quién me le pegó en las costillas? Chucho color café y ojos fosforescentes.
Los chuchos tienen mamá y papá, aunque a veces no reconocen y nana ni tata. Pero me tenés a mi, porque vos no dejas que me pase nada;
estamos vivos por vos, porque mordes a nuestros enemigos, nos libras de nuestros enemigos acechantes y de todo mal. Chucho cuto de la cola,
moviendo el ñuñuco para espantarse las moscas imaginarias. Le quitamos la cola de una machetazo cuando apenas tenía siete días de nacido.
Chucho barcino, hijo de Tamagás y de la Gavilana, lo digo porque los vi con mis propios ojos cuando estaban pegaditos y no se podían separar por más agua que les echábamos.

Los chuchos tienen algo de nosotros. Algo de dios. Los chuchos también van a los infiernos o a los cielos según se merezcan. Tienen premios y castigos.
Así ocurre con todos los animales amigos del hombre. Chucho vos me haces sufrir con tus desesperaciones cuando das vueltas alrededor de la cama para acostarte y descansar.
Los chuchos ladran a la noche que sale corriendo. ¿Qué sexto sentido tienen los chuchos que huelen el peligro a la legua.
Guau-guau, le hace como los niños recién nacidos. A lo lejos ladran los perros y a nosotros nos va entrando miedo porque cerca anda rondineando la muerte.


Nosotros siempre hemos tenido dos chuchos, uno que siempre sale corriendo y se nos murió y no hemos querido sustituirlo.
Cuando el chucho tiene rabia no se debe pegar un machetazo, hay que amarrarle un lazo en el pescuezo y colgarlo en un palo de tempisque o de mango. Sufre menos y la rabia sale volando.
Todos los chuchos que se nos han muerto los hemos enterrado; nunca los hemos dejado tirados para que no se los coman los zopilotes, por si acaso tienen alma, no caemos en pecado.
Hay más chuchos que gente en el Kilómetro. Al chucho más flaco se le pegan con más facilidad las pulgas, porque las pulgas siempre han sido unas hijas de puta sádicas.


Chucho que ladra no muerde, esto lo tengo bien comprobadito, lo que pasa es que en los momentos que está mordiendo deja de ladrar. Pues se pone a ladrar o a morder, una de dos.
Cuando el chucho ladra tiene hambre. Cuidado con chucho que muerde callado.
Nunca ajotar a los chuchos porque es pecado. El chucho debe perseguir a quien él le dé la gana.
Mi marido, mis hijos, mis hermanos, mis tíos mis primos, mis abuelos, mis tatas. Detrás, mi chucho.


Los chuchos no pegan la rabia. Es uno que la lleva adentro y que se le puede desatar cuando se junta la enemistad del chucho con la sangre del hombre.
Chuchos les decimos a nuestro peores enemigos, pero no se lo merecen pues el chucho es el mejor amigos del cristiano.


Fragmento de la novela "Así es la vida" de Manlio Argueta.

Colaboración de Don Roberto Rodriguez.

sábado, 5 de junio de 2010

Atlacatl y el campesino.



¿Qué te pasa mi noble cacique,
que te veo triste y achorcholado?
Tu llanto llega hasta el Chaparrastique.
¿Será porque estás solo y abandonado?

No es eso, mi querido indio caitudo,
por lo que estoy tan preocupado.
Lo que pasa es que muy a menudo
los zopes me dejan todo zurrado.

Yo pensé que sufrías amargamente,
ya que pocos se acuerdan de tu existencia.
Tu llanto se debe, seguramente,
que necesitas limpieza con urgencia.

Es que me cambian de lugar a cada rato,
y me traen de La Garita a La Tiendona.
Yo quiero me trasladen de inmediato
enfrente a la estatua de “La Chulona”.

¿Y por qué tenés la mirada perdida,
como vigilando desde tu palestra?
¿Será que esperás alguna movida.
Talvez una secretaria, o alguna maestra?

Si me ves que estoy vigilante
es porque yo soy muy listo.
Estoy vigiando al marero maleante
que te robó la cartera con el pisto.

Seré campesino, pero no soy baboso,
pues nunca llevo dinero en la cartera.
Solo cargaba un recibo moroso.
El pisto lo guardo en la cebadera.

Sentí escalofrío cuando el ladrón
metió su fría mano como de esqueleto.
Es que tengo un hoyo en el pantalón,
aquí atrás, cerquita del “Aniceto”.

Pues aquí tené mucho cuidado
y en líos tratá de no meterte.
Con los capitalinos sé cortes y educado;
o del mero fundillo van a cogerte.

Yo a nadie le hago ningún mal
y no busco problemas nuevos.
Pero si me quieren fregar los de la capital,
con la cuma les corto los “huevos”.

Yo solo te estoy advirtiendo
que aquí la vida es lucha a diario.
No quiero que en pleitos te estés metiendo,
y amanezcas “tilinte”, allá por El Centenario.

Yo simplemente vine a la Capital
en busca de un trabajo decente.
Pero si aquí me van a tratar mal,
entonces, me regreso para Oriente.

Pues es lo mejor que te conviene,
regresar a tu rancho y tu maizal.
Del campo mucha gente se viene,
y ya no cabemos en la Capital.

Me vine obligado por La Naturaleza,
pues nos cayó un mortal aguacero.
El río nos cubrió de pies a cabeza,
y solo me quedó mi chucho ahuacatero.

Será mejor que lo cuidés mucho,
para que no te le den matacán.
Aquí se come hasta carne de chucho.
Lo venden por cuzuco en el “Cuscatlán”.

“Firuláis” es mi amigo sincero,
y un excelente perro cazador.
Cuida mi rancho y mi gallinero.
Es el mejor en todito El Salvador.

Eres afortunado, tal es el caso
de tener un amigo tan leal.
La amistad es algo muy escaso,
especialmente aquí en La Capital.

Entonces ¡Hay nos vidrios, mi cacique!
Y gracias por su valioso consejo.
Ahorita tomo el bus para Lolotique,
y que no me vean la cara de pendejo.

Campesino, me has caído muy bien,
y antes que dejés ésta ciudad maltrecha,
un recuerdo quiero te llevés también.
¡Te regalo mi arco y mi flecha!.

Pero te las doy con una condición:
Que las usés contra la opresión y la pobreza.
Y todo aquel que quiera invadir nuestra nación,
que pague tal osadía con su cabeza.

Y así como yo luché hasta la muerte
contra el cruel conquistador invasor.
Así quiero que con tu vida y tu suerte
defendás a mi patria, El Salvador.

Atlacatl, mi corazón se queda contigo,
y gracias por tu guerrera arma pipil.
Pero si querés quedar bien conmigo,
Entonces mejor regaláme un fusil.

Es que mi puntería es certera y derecha,
y tengo buena vista desde lejos.
Pero con un arco y una flecha,
de plano, no voy a matar ni conejos.

A otro con ese cuento infantil.
No voy a caer en tu treta.
Así que, ¿querés un fusil?
¿No querés mejor una metralleta?

No quiero tanto armamento,
prefiero mejor el fusil.
Y conseguime una plaza de Sargento
en la Policía Nacional Civil.

Hoy si ya me caíste mal
condenado indio pedigüeño.
Por vago te voy a echar a la Municipal.
¡Tenías que ser indio salvadoreño!

Y yo que te traté como hermano
pues creí que eras de otro modo.
Vos sos de los que se les da la mano
y se quieren coger hasta el codo.

Está bién, no me regalés nada mejor,
y del coraje no te estés ahogando.
Nadie está invadiendo El Salvador
Así que no te sigás encachimbando.

Y si en caso alguien lo quisiera invadir,
para eso está nuestra Fuerza Armada.
A los “gringos”, ayuda tendrían que pedir,
porque solitos, irían solo de retirada.

Salú campesino, que te vaya bien,
y tu milpita trabajála muy duro.
Yo quisiera irme contigo también
para seguir hablando “carburo”.

Hablaremos más en otra ocasión
en que visite de nuevo la Capital.
La próxima te invito a irnos de “vacilón”
con un par de “pulseras” al Camino Real.

Saludáme a todos tus paisanos, por favor,
y decíles que las mano les quiero dar.
Que cuando visiten San Salvador
no se olviden de venirme a visitar.

Atlacatl, hoy si llegó la hora del despido,
ya estoy oyendo cerquita la corneta.
Te prometo que de tí jamás me olvido.
Salú...ya llegó mi camioneta.
Memo.
Dicembre de 1998.