El mes de mayo siempre me recuerda varias cosas: el día de la cruz, el día de la madre, las frutas y con ellas la subsiguiente “churria”, “pringapié” o “mal de mayo”; también las primeras lluvias y los “zompopos de mayo”.
Los zompopos siempre salían de sus madrigueras y colonias con las primeras lluvias de mayo. Salían para aparearse con la Reina, a la cual perseguían para fecundarla y continuar con el ciclo evolutivo de su especie. Su aventura fuera de sus cuevas duraba apenas unos pocos días. Luego morían y se volvían a ver hasta el siguiente año.
Cuando yo era cipote, los zompopos se miraban por todas partes: en las casas, en las escuelas, en la calle y hasta en las iglesias. Ahora parece que no se ven tanto como antes.
Era diversión de los bichos de antes poner a pelear a los zompopos. Les quitábamos las alas y los chunguíabamos a que se dieran riata, hasta que el vencedor le arrancaba la cabeza o el tórax al contrario. Los guardábamos en las cajitas de fósforos y los volvíamos a sacar en el recreo para seguir la pelea.
Una de las frases que se utilizaba mucho antes era decirle a una cipota que “tenía culo de zompopo”, que significaba que tenía el trasero levantado, redondito y muy pronunciado.
martes, 19 de mayo de 2009
MEMOrias de los zompopos.
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1 comentario:
Hahahaha este memo siempre con sus sompopadas....ta chiva esa foto de la sompopa al final.
saludes. Nelson
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