jueves, 7 de marzo de 2013

El chiflido de aire de amigos

Cuando era adolescente tenía la costumbre de llamarme con mis amigos por medio de un chiflido muy particular, que supuestamente solamente nosotros conocíamos. Por escrito no lo puedo reproducir, así que lo dejo a la imaginación de cada uno de ustedes. Era ese chiflido nuestra marca registrada en la musicalidad virginal de mozalbetes pelilargos.

Temprano en la mañana, y de camino a clases, cerca del zaguán de mi casa, me chiflaba mi mejor amigo. Al salir de clases, cerca del portón de la escuela, me volvía a chiflar. Por la noche después de cenar y justo antes del partidito de fútbol callejero, me chiflaba de nuevo. Yo atendía a cada uno de los chiflidos de mi amigo porque era como la manera muy particular de dos cómplices de vagancia virginal.

Había otros amigos en el grupo, pero ellos casi no usaban el chiflido como distinción personalizada. Sus padres les regañaban y les decían que no eran chuchos para obedecer a ningún chiflido ambulante de amigos malsanos. Sin embargo, mi amigo y yo no prestábamos atención a esas aseveraciones de ser chuchos obedientes a chiflidos y así interactuábamos entre nosotros.

Una cosa era curiosa, solamente mi amigo chiflaba con fuerza y destreza porque a mi se me dificultaba el chiflar con alta frecuencia. Cuando lo intentaba, solamente me salía un silbido apacible y lento. Pero acordamos que así lo haría, él con su silbido locote y escandaloso y yo con una nota de silbado suave y romántico.

Lo hicimos por un par de años hasta que una noche casi le revientan la jeta a mi amigo porque su chiflido fue interpretado como las notas chiflezcas de "la vieja",

Un señor que iba pasando frente a mi casa se sintió agredido por el chiflido de mi amigo y dijo que le había chiflado algo así como "fui-fui-fu". Mi amigo le decía que no, que me chiflaba a mi, y que la nota era: "fu-fu-fui". Yo le respondí desde mi cuarto con el chiflido apacible y romántico.

El ruco sintió que alguien lo enamoraba a chiflidos.

Sacudiendo la cabeza, continuo su camino riéndose a carcajadas y diciendo: "estos bichos pasmados aparte de chiflarme la vieja, me enamoran con chiflidos. ¡Que no jodan!".

Fui-fui-fu, le chifló mi amigo.

El Moris Chiflador

1 comentario:

Atlacath dijo...

Saludos Paisano, pues nosotros eramos tres amigo, como hermanos los llevabamos y inventamos un silvido que donde anduvieramos no importaba si abia un jentio si alguno de nosotros veia al otro le silvaba y aquel sabia que lo estaba llamando alguno de nosotros y hasta hoy que estamos ruquitos no se nos olvida el silvido peculiar.
Saludos de nuevo de su chero .
Jose desde aqui en Allentown PA USA.