lunes, 19 de marzo de 2012

Final de una vacación enmedio del Mediterraneo.

Día 8

Cuando estoy a punto de terminar este relato me he convencido que Sicilia es un paraíso al pie del Etna. Pero no un paraíso desierto, no lleno de animales salvajes que viven en paz, aunque paradójicamente, si está lleno de animales humanos que no viven en paz. Ruth, en cada viaje corto de una ciudad a otro, nos habló del sistema que consume este territorio que vive independiente, pero “atado” a las leyes italianas que emanan de Roma. Y si bien, los sicilianos quieren ser “libres,” las fuerzas de poder tienen muchos intereses que no quieren soltar.

Como en muchas otras ciudades del mundo, Sicilia padece de los mismos males. No hay trabajo suficiente para su población, y los recursos naturales, cuya semilla está en la agricultura, siempre en manos de pocos, y los pocos no viven satisfechos y buscan tras otros mares, nuevos recursos para expandir su riqueza por otros continentes.

Los abnegados padres de familia en el campo, que viven de sus cultivos siguen manteniendo la tradición de que los hijos “no deben irse de casa.” Por lo tanto, construyen viviendas de un piso, pero dejan listo todo para continuar el segundo y hasta el tercer piso si este fuera necesario a fin de que sus hijos no padezcan en un futuro incierto. De tal modo que los hijos siguen mantenidos y apegados a sus padres, pero no tienen ningún incentivo para el cambio, pero los que se casan y se van del hogar, prefieren seguir estudiando alguna carrera técnica que muchas veces no termina nunca, y cuando se casan hacen el amor como para duplicar la población de toda Italia, pero no procrean y prefieren esperar ante un futuro incierto. Esto reduce los índices de natalidad al mínimo lo cual complica las cosas para el gobierno. Por otro lado los adultos se están haciendo viejos y las posibilidades de que la seguridad social los mantenga ha caído por los suelos ante la falta de ingresos al sistema, tal y como sucede en otros países del primero y segundo mundo, pues del tercero, para que hablar.

El sistema de estudios es gratuito hasta el último grado de la secundaria previo a la universidad, pero los jóvenes “haraganes,” o menos aplicados que no estudian lo suficiente, son aplazados, pero pueden pasarse toda una vida buscando alternativas de estudios sin problemas porque el sistema lo permite, y no los puede rechazar. Así se pasan consumiendo el precario presupuesto de los padres cuando van al sector de enseñanza privada, y el del estado cuando van a escuelas técnicas públicas sin “retornar” la inversión en el plazo requerido.

Solo – dicen algunos- los negocios con la “mafia son “seguros” para conseguir lo que se quiere, pero… ¿Y qué piensan de eso las nuevas generaciones? Ruth –nos explica, que los jóvenes no quieren ni desean cambiar nada. De allí que muchas familias súper poderosas prolongan el bienestar de sus hijos con viajes, autos y demás carísimos gustitos a cambio de que se comprometan a continuar sus ilícitos negocios por todo el mundo donde pueden, con su dinero, comprar lo que es bienestar para ellos, o sea necesario para continuar así. Si algo cambia, el bienestar se acaba para ellos. Mejor así lo dejan.

A pesar de que Italia es el tercer país de la Unión Europea que más turistas recibe por año, siendo Roma, la tercera ciudad más visitada después de Francia y España, eso no cambia la vida para los sicilianos, que todos los días recibe millares de turistas con ganas de encontrar cosas nuevas del viejo mundo. Algunos piensan que Sicilia más bien parecen estar en una “Siberia” mediterránea” olvidados del mundo de Roma, aunque por el auge comercial de Palermo y Catania, no se puede afirmar esto con tanta certeza. Por otro lado, no creo que lo mismo se piensa de Sicilia pueda suponerse que pasa en otras ciudades importantes de Italia como Milán, el centro de finanzas y de industria, que según el “Global Language Monitor”, es la capital de la moda. Y no digamos Nápoles, la ciudad más poblada de Italia y con los índices delincuenciales más altos del país, a pesar de su moderno desarrollo urbanístico ocurrido después de la segunda guerra mundial.

En perspectiva general Italia sigue siendo una república democrática y forma parte del G8 o grupo de las ocho naciones más industrializadas del mundo y es un país desarrollado con una calidad de vida alta, encontrándose en 2005 entre las ocho primeras del Mundo. También disfruta de un alto índice de desarrollo humano, siendo el 18º país más desarrollado del mundo, miembro fundador de la Unión Europea, firmante del Tratado de Roma en 1957. También es fundadora de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, de la Organización Mundial del Comercio, del Consejo de Europa y de la Unión Europea Occidental. El país, y especialmente Roma, tiene una fuerte repercusión en temas de política y cultura, en organizaciones mundiales como la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO),9 el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD), el Glocal Forum,10 o el Programa Mundial de Alimentos (WFP).

Olvidaba que estaba relatando el día octavo, el cual comenzó con la salida al sureste de la Isla, rumbo Siracusa primero. Siracusa parece una ciudad bien cuidada y ordenada, habitada por 124.391 sicilianos. Tiene numerosos lugares de interés histórico, dado su origen ya fue la ciudad griega más importante de Sicilia, en la costa oriental de la isla. Fue la segunda colonia griega establecida en la isla después de Naxos, así como una colonia corintia fundada por Arquías, el año 734 a. C. cuando se inició en la isla de Ortigia, la cual llamaron Sirako ("pantano"). Existe otra teoría que afirma que el nombre no es de procedencia griega sino fenicia, cuya traducción aproximada sería "roca de las gaviotas". Esta ciudad fue consagrada a Artemisa (uno de sus sobrenombres era Ortigia) y tomó el nombre de una laguna o marisma que se llamaba Syraco (nombre indígena), en los alrededores. Fue la ciudad donde nació y murió Arquímedes, ingeniero y matemático.



Esta vez, la misión de guiarnos por Siracusa fue Eva, joven madre de familia con fluidez en su acento inglés. Me dijo que lo había aprendido por sí sola y que sus mejores clases fueron escuchando las canciones de Barbra Streisand. Vaya usted a creerle. Ella nos esperaba en la entrada de otro de los principales lugares que visitamos. El teatro griego, cuya cávea es una de las más grandes construidas por los antiguos griegos: tiene 67 filas, divididas en 9 secciones con 8 pasillos. Sólo quedan rastros de la escena y de la orquesta. El edificio (aún usado hoy) fue modificado por los romanos, que lo adaptaron a su estilo de espectáculos, incluyendo también juegos circenses. Eso lo leí en los folletos y lo complementó Eva después, a quien la noté juguetona, informal é insolente en sus comentarios, pues en su exposición acerca del sitio un tanto árido y seco, se lamentó que el grupo caminaba despacio y buscaba la sombra para escapar del inclemente sol. Eso pasa porque solo “retirados” nos visitan expresó. Entiendo que quiso decir “viejos,” olvidándose que son los que tienen tiempo para viajar, y especialmente fondos para incluirla dentro del paquete de gastos de viaje de cada “retirado.” Aunque a decir verdad, si bien la mayoría eran personas que gozan de sus beneficios después de toda una vida de sacrificio laboral, en nuestro grupo, como en otros que advertí, habían abogados, médicos y profesionales de mediana edad y con hijos aún en el hogar con suficientes presupuesto para darse las vueltas que quieran por el mundo antes de caminar “arrastrando los pies”.



Pero volvamos: Siracusa y la necrópolis rocosa de Pantalica fueron declaradas patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2005. De estos dos elementos, la parte que corresponde a Siracusa se concentra en la ciudad antigua, fundada por los corintios como Ortygia. Luego pasamos por Neápolis, históricamente definido como un «barrio nuevo» de la antigua polis griega, que se desarrolló urbanísticamente de manera desordenada. Actualmente se puede identificar como el barrio económico y comercial más importante de la ciudad de Siracusa, con muchas oficinas y negocios. En este barrio se encuentran la zona arqueológica de la Neápolis, que comprende los siguientes monumentos cerca del teatro. Están la latomías, canteras de piedra, usadas como prisión en la antigüedad. La más famosa latomía es el llamado Orecchio di Dionisio («Oreja de Dionisio»). Otra es la Latomia del Paradiso.



Visitamos el anfiteatro romano, de época imperial. Está parcialmente excavado en la roca. En el centro del área hay un espacio rectangular que fue usado para la maquinaria escénica.
Otros restos de la Antigüedad clásica en Siracusa se encuentran en la isla de Ortigia, como la Fuente de Aretusa, la cual según una leyenda, la ninfa Arethusa, cazada por Alfeo, se refugió aquí. El Templo de Apolo, adaptado en iglesia en época bizantina y en mezquita bajo gobierno árabe. El Templo de Zeus Olímpico, a unos 3 km de la ciudad, construido sobre el siglo VI a. C.


Finalmente, en la necrópolis Groticelli se encuentra la llamada Tumba de Arquímedes, decorada con dos columnas dóricas, y tratándose en realidad de una tumba romana.
La mañana se hizo corta para ir y venir de estos sitios. El tiempo de comer y un poco de tiempo libre se hizo en los alrededores de Ortigia, luego continuamos hacia el punto final: Catania, nombre de la ciudad y el aeropuerto donde aterrizamos, pero ahora si íbamos a conocer Catania en todo su exuberante apogeo, a pesar de haber sido una ciudad “soterrada” por lavas del Monte Etna en décadas del siglo pasado. Ese día, sabíamos que nos esperaba la despedida del tour y de los amigos que hicimos en el trayecto del bus.


Llegamos después del mediodía, justo el tiempo para hacer la siesta, darse un baño ligero y vestirlos con lo mejor para asistir al final de la jornada. Nos hospedamos en Villa del Bosco, un hotel en la zona residencial. Mientras esperábamos el resto, nos enteramos que Catania es la segunda ciudad más grande y la capital de la provincia que lleva su nombre con 296.453 habitantes, 770.000 localizados en su área metropolitana, tras Palermo. Al norte vemos el Monte Etna, el volcán activo más grande de Europa, el cual la ha destruido siete veces, unas por sus erupciones volcánicas y otras por terremotos. Entre las últimas más catastróficas se recuerdan las de los años 1169 y de 1693. Es sede de la primera universidad de Sicilia, fundada en 1434 por Alfonso V de Aragón.


Está entre Messina y Siracusa. Su territorio comprende una amplia franja de la llanura de cara al mar Jónico con el golfo que toma su nombre. El territorio es totalmente llano. El núcleo original de la ciudad estaba situado sobre un asentamiento que corresponde más o menos a la actual plaza Dante, donde surge el ex Monasterio de los Benedictinos. La única elevación que se destaca es la colina de Santa Sofía, donde surge la Ciudad Universitaria de Catania, limitando con Gravina.



Está atravesada por un río subterráneo, Amenano y en el pasado, cerca de los límites de la ciudad estaba un lago, sin embargo la costa es rocosa al norte del puerto, («la escollera») y de arena al sur («la playa»).


Después de ser controlada por los romanos, más tarde pasó a ser controlada por los árabes y a los normandos, en 1071, fue ocupada por los normandos (familia de los Hauteville, en italiano, de Altavilla), siguiendo la suerte del resto de Sicilia. En 1282 pasó a depender de la corona de Aragón y fue la residencia favorita de los reyes y en el siglo XIV sede del parlamento siciliano. En 1392 fue el teatro de una revuelta anti aragonesa de dos años, pero después fue considerada protectora de todos los aragoneses.


La ciudad sufrió las destrucciones de la guerra de las Vísperas sicilianas en 1282. A partir de 1282, bajo la influencia aragonesa, Catania pasó a ser la capital del Reino de Sicilia. Luego en 1376, las reliquias de santa Ágata son depositadas en la catedral de Catania. En 1423 sufre epidemia de peste En los siglos XVI y XVII sufrió las erupciones del Etna y en 1693 un terremoto.


Carondas, el legislador, fue nativo de la ciudad; el poeta Estesícoro vivió y murió allí; el filósofo Jenófanes vivió allí sus últimos años. El introductor del baile en la música de flauta, Andrón, nació en la ciudad. La leyenda habla de los hermanos Anfínomos y Anapies que durante una erupción del volcán dejaron todas sus pertenencias para salvar a parientes y amigos.
De la época griega no quedan restos, pero sí de la romana (teatro, anfiteatro, murallas, baños y algunos edificios y sepulcros), además de un acueducto en las cercanías destruido por una erupción.


A pesar de todo esto, Catania en un emporio clásico. Se podía percibir desde el hotel donde estuvimos esa noche: La Villa del Bosco, un hotel clásico con dos edificios, uno antiguo y otro nuevo, adaptados por el constante crecimiento del turismo. Sus angostas calles, edificios y calles estilo barroco, están llenas de comercio, iglesias, palacios, castillos, hoteles, teatros, parques y jardines, fuentes, restaurantes de lujo que desbordan alegría con música siciliana en vivo por las noches, y la pasión de los catanios o catanienses es el fútbol. De hecho su equipo principal en compite en la liga italiana, aunque sus juegos no estuvieron a nuestro alcance en la noche de arreglar maletas, no sin antes reunirnos en el centro de la ciudad, frente al palacio y plaza central, donde nos esperaba el “gourmet” de un restaurante de primera


Entre de los acuerdos con el operador de turismo esta la “voluntaria propina” para Ruth y Piero. La primera con derecho a un mínimo de cuatro a cinco “euros” por persona (no por pareja) y dos euros de igual forma para Piero. Idealmente se entregan esa noche en un sobre cerrado con el nombre de cada uno. Es una forma de agradecer los servicios, que complementan el salario para cada uno de los encargados de llevarnos por todos los maravillosos sitios que pasamos.


Explicado esto, ahora les describo la despedida, la cual consistió en cena servida, previos vinos de la casa. La música propia de Sicilia mantuvo la alegría de principio a fin, y como era de supones, luego de satisfacer el apetito, algunos viajeros cantaron y bailaron al ritmo de lo que se les vino en gana. Mientras unos bailaban estilo salsa, otros lo hacían swing y hasta estilo Zorba el griego.


Los “flash” de cada una de las cámaras no se hizo esperar. Quienes mejor se llevaron en el viaje, así lo hicieron para compartir en la “última cena” del “arriverderchi Sicilia.


Fin


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