jueves, 5 de mayo de 2011

La teoría de las ventanas rotas.






La teoría de las ventanas rotas"

En 1969, en la Universidad de Stanford, Calif. el Prof. Philip Zimbardo realizó
un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos
autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color.

Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York
y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos
idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de
especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada
sitio.
Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser bandalizado en pocas
horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo
aprovechable se lo llevaron, y lo que no lo destruyeron. En cambio el auto
abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.
Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que
coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de
izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el
auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una
semana impecable.

Los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto,
California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de
Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al
mismo estado que el del barrio pobre.
¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente
seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?
No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la
psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.

Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de
desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de
ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo
ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada
de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia
irracional.
En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la
'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un punto de vista criminológico
concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el
desorden y el maltrato son mayores.

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto
estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y
esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el
delito. Si se cometen 'esas pequeñas faltas' como estacionarse en lugar
prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas
pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas
mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados son progresivamente y
nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría
de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), esos
mismos espacios abandonados por la gente serán progresivamente ocupados por los
delincuentes.

La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que; ante el
descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se degenera el entorno.

Tan solo vea un ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa tenga
algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal estado, malos
hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de
respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., etc., etc., entonces poco
a poco se caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los
familiares y comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y
quizá algún día llegarán a caer en prisión.

En El Salvador, nos fueron impuestas dos grandes modificaciones a los planes y
contenido de estudios de los niños en las escuelas públicas con la finalidad de
crear obreros y empleados lo mas rápido que se pudiera para incorporarlos al
mercado laboral, en ese sentido se eliminó la Urbanidad, La historia y en este
caso también se tergiversó y se ocultó la historia del país, las buenas
costumbres, la ética, etc. se trató de generar salvadoreños ignorantes de la
poesía, la literatura en general, la filosofía, se les convirtió en adictos a la
televisión y ajenos a la buena lectura, durante décadas no se les mencionó los
derechos humanos, se trató que no tuvieran su propio criterio sino que vieran la
realidad a través de los grandes medios de comunicación comercial, se trató y
casi se logró "QUE EL NO PENSAR" era lo mejor. En otras palabras se rompieron
los vidrios del cerebro de nuestros niños y jóvenes en aras de crear un
salvadoreño ignorante de su historia e incapaz de pensar en que otro El
Salvador si era posible.

Durante las últimas décadas las autoridades fueron plagadas de jefes sin ninguna
capacidad para los puestos e instituciones como la Corte de Cuentas (encargada
de velar por el buen uso de los recursos del estado) que pasó a convertirse en
una oficina facilitadora de la corrupción y del encubrimiento institucional, mas
de 7,000,000,000.00 (siete mil millones de dólares) han sido robados en los
últimos 20 años, hospitales sin medicinas pero se encontró 300 toneladas de
medicinas enterradas y millones de dólares en medicinas vencidas. Adonde está la
corte o la fiscalía investigando estas compras, y a los laboratorios por esas
ventas totalmente cuestionables, cuantas vidas costó y sigue costando?

Durante las últimas décadas se creó un mega desorden institucional, un gobierno
que fue reducido a su mínima expresión con el objetivo que no interviniera en
los negocios del todopoderoso mercado (llámese empresa privada=negocios)
privatizando casi todas las funciones del gobierno, incluyendo la seguridad
pública. Y un gran etc. etc. etc.

Los asesinos, los ladrones, los corruptos, los que se pasan los semáforos en
rojo, los que se "parquean" en zonas prohibidas, en las aceras, en los lugares
reservados para minusválidos, los buseros que viajan como locos sin importarles
la integridad, los bienes y/o vida de nadie, los funcionarios públicos que usan
los vehículos para uso personal y familiar, los grandes comerciantes e
industriales que ganan licitaciones pagando "mordidas" directas o disimuladas,
etc. delinquen por que no hay autoridad que los multe, que lo persiga, que
investigue y castigue, hemos caído en el desanimo, la indiferencia, tantos años
de "mercado" lograron fomentar al YO por sobre los demás, el individualismo
consumista si no me afecta a mi, pues no me importa y no es conmigo.

Esa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad salvadoreña, la
falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad
entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la
corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura
urbana, la falta de oportunidades ha generado un país con ventanas rotas, con
muchas ventanas rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.

La solución a este problema yo no la tengo pero he comenzado a reparar las
ventanas de mi casa, estoy tratando de mejorar los hábitos alimenticios de mi
familia, le he pedido a todos los miembros de la familia que evitemos decir
malas palabras delante de nuestros hijos, también hemos acordado no mentir, ni
siquiera mentiras pequeñas, porque no hay mentiras pequeñas, ni grandes, una
mentira es una mentira y punto, hemos acordado aceptar las consecuencias de
nuestros actos con valor y responsabilidad, pero sobre todo dar una buena dosis
de educación a nuestros hijos, con esto y con la ayuda de Dios espero comenzar a
cambiar en algo lo que antes hubiera hecho mal, he soñado que los míos algún día
repitan esto el día de mañana, con la finalidad de que los hijos de mis hijos, o
los nietos de mis hijos vean algún día, un nuevo El Salvador, un El Salvador sin
ventanas rotas.

Nota: Autor desconocido.

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