Perdimos. Si perdimos el partido de fútbol contra México, pero jugando fútbol como debía de ser. Ellos fueron mejores, sin duda, y nos anotaron cuatro veces. Nosotros anotamos solo una vez. En el papel queda como goleada. Y lo fue.
Los números son fríos y categóricos: México 4, El Salvador 1.
México gana el pase al mundial y nosotros no logramos ni siquiera el repechaje.
Lo que no dirán los números es que El Salvador jugó sin complejos, con garra y corazón, y que en algunos parajes del partido se vio mejor que el local, pero esto no se transformo en goles y los partidos se gana con goles y México los hizo.
El primero, un autogol, el segundo un golazo de Cuauhtemoc Blanco que a pesar de sus años sigue siendo el alma, cerebro y corazón del equipo azteca. El tercero, otra jugada de Blanco, culminada por Palencia, otro veterano; y el cuarto, error de nuestra defensa, regalo para Carlos Vela que se la llevó con el brazo para fusilar a Montes.
Este último tanto debió haber sido anulado, pero el árbitro Batres lo dio como legítimo.
El único gol de El Salvador fue un soberbio golazo de tiro libre desde casi 35 metros de Julio Martinez, que se le metió en la esquina que cubría Memo Ochoa, que nunca pensó que se lo iba a comer. ¡Golazo!.
Al final, triste por la derrota, pero satisfecho por la labor de nuestros jugadores.
El miércoles vamos contra Honduras en el Cuscatlán. Lo único que nos queda es terminar nuestra participación en ésta clasificación con la frente en alto y tratar de ganarles a los hondureños para enviarlos al repechaje.
Ahora, a pensar en el futuro.
Si seguimos por éste camino, es muy posible que para la próxima logremos obtener mejores resultados, puesto que tenemos muchos jugadores jóvenes que han ganado mucha experiencia en éste proceso y que les va a servir en el futuro.
En cambio Honduras, Costa Rica y el mismo México tuvieron que recurrir a la experiencia de muchos veteranos y algunos hasta ya retirados para salvarlos de la debacle total porque sus jóvenes no respondieron como deberían.
Ojalá se le renueve el contrato a de los Cobos, y si no, quien sea el nuevo entrenador, que se le respete su proceso, porque ya vimos que cuando los objetivos se piensan a largo plazo, y se le dan las facilidades, se obtienen sus frutos. Pero cuando las cosas se hacen a la carrera, sin recursos e improvisadas, los resultados son negativos.
¡Arriba con la selección!
Memo.
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