miércoles, 6 de agosto de 2008

MEMOrias en marimba




Mi abuelo paterno era músico, tocaba el piano y el órgano. Su nombre era Don Cándido Flamenco, compositor del baile folklórico “la Suaca”, que se baila en todos los festivales de música folklórica.

Mi abuelo nos heredó a sus hijos y nietos el gusto por la música. Mi padre aprendió a tocar muy bien el piano. Tocaba música clásica y algunas piezas populares. Yo también hice el intento de aprender solfa, pero las corcheas y semicorcheas no me entraban ni a coscorrones.
Pero aprendí a tocar el acordeón, medio de oído y medio solfeado.

Mi primer acordeón me lo regaló una tía muy querida, Doña Hilda Valle, dueña del que fuera el supermercado más grande de San Salvador por muchos años, la abarrotería “El Cochinito”, que estaba esquina opuesta al almacén “la Mariposa”.

Mi padre me regaló otro más grande, de cuatro octavas, y pasaba horas y horas tratando de sacar canciones y melodías, pero sin leer la bendita solfa que para mi, era peor que leer chino.

Mi padre me decía: “si no aprendés a leer solfa, nunca va a poder tocar bien el instrumento”. Pero yo seguía de necio apretando botones y jalando la fragua del acordeón hasta que más o menos me salía la tonada.

Pero el instrumento que más me gustó era una marimbita de palo que mi mamá le compró a un señor que pasó por la casa vendiéndolos. Me gustaba mucho su sonido. Toqué mi marimbita hasta que el terremoto del 3 de agosto de 1963 me la destruyó.

Todavía en ese tiempo las marimbas eran las que amenizaban fiestas, tertulias, posadas, etc., pues contratarlas era más barato que una orquesta o grupo musical. Y aunque la música de marimba no fue tan popular en nuestro país como en Guatemala, Costa Rica o en la península mexicana de Yucatán, sí existían varias. De las que recuerdo estaban las de la Policía Nacional, la de la Guardia Nacional, la Gallito y la marimba-orquesta de Lito Barrientos, recién fallecido.

Y cada vez que iba a Guatemala de paseo o de negocios, cuando veía una Marimba, la primera canción que pedía era “Luna de Xelajú” de Paco Pérez. Es uno de los valses más hermosos que haya oído en mi vida. Su últimas dos estrofas dicen:

"En mi vida no habrá
mas cariño que tú,
porque no eres ingrata,
mi luna de plata,
Luna de Xelaju".

Luna que me alumbró
En mis noches de amor”.
“Hoy consuela mi pena
por una morena
que me abandono”.

Deberían de hacerle un monumento a este señor en Guatemala por regalarnos tan preciosa melodía.

Memo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Puchica Memo si la marimba es el alma de nuestro pueblo, lastima que la mayoria la echamos al olvido.
Ese video me llega, esa marimba tiene un gran repertorio.

Atte:Historiante

Memo dijo...

Hola Historiante. Gracias por visitarme y por tu comentario.
A mi también me gusta mucho la música de la marimba. Todos los domingos sintonizo Radio El salvador para oir la música de marimba.

No dejés de venir por aquí y pasale la nota a tus cheros que me vengan a visitar.

Memo.

Memo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MARIMBA ORQUESTA GALLITO dijo...

Efectivamente, "Luna de Xelajú" es una hermosa canción a ritmo de vals, atribuida a Paco Pérez; pero, lamentablemente, el verdadero autor es José Luis Álvarez, originario de Quetzaltenango. José Luis Álvarez vendió la canción a Paco Pérez por la cantidad de 25 centavos de quetzal a Paco Pérez. Véase: Historias y leyendas de Guatemala, de Héctor Gaitán. Canal 3 y 7 de TV Guatemala.

marimbaorquestagallito@gmail.com