jueves, 21 de agosto de 2008
MEMOrias de la Selecta
Dedicado a todos aquellos integrantes de nuestra selección de fútbol, pasados y presentes; muertos y vivos; que con su talento, coraje y amor a los colores patrios, nos han representado. Pero, especialmente, a la noble afición salvadoreña.
“ARRIBA CON LA SELECCION,
hijos de mamá Cachimba.”
“Que aunque siempre nos den pin...za
los apoyaré con todo mi corazón.”
El mascón de la selección.
Escuchando en la radio
que peleábamos la clasificación,
un domingo decidí ir al estadio
a apoyar a nuestra selección.
El locutor, con voz patriota,
a los fanáticos nos aseguraba:
“nuestra selección mueve bien la pelota,
y les vamos a meter una goleada.”
¡Hoy no voy a ir a misa!,
-le dije a mi mujer con alegría-,
para el Cuscatlán salgo de prisa
pues juega “la Selecta” al mediodía.
Ella dice: ¿Por qué vas al estadio,
si por el canal 4 lo van a televisar?
También lo van a pasar por la radio.
¡Lo que querés es irte a chupar!.
Te juro vida mía,
que solo voy a ver el masconcito.
No me voy a echar ni una fría
y me regreso a la casa rapidito.
Parecía chiche el volado
pues jugábamos contra Surinam.
Compré mi ticket en el negro mercado,
y de maje, que me zampo al Viet Nam.
La cancha estaba bien engramadita.
El Cuscatlán lucía lleno hasta el tope.
Estaba saludando a los de la Lomita,
cuando me cae una cagada de zope.
“Es un augurio de buena suerte”-me dije-,
“segurito que ganaremos éste día.”
Atrás de mí había un gran des...pelote.
Había guerra con sandía.
Soltaron vejigas por todos lados.
Y un cipote cholco y canijo,
agarra una y me fijo
que eran condones inflados.
Saltan a la cancha los negritos
bajo una lluvia de bolsas con fuego.
Pensé: “se ven fuertes estos morenitos
pero segurito ganaremos este juego.”
Al fin salen nuestros jugadores
al compás del “pájaro picón, picón.”
Truenan metralletas y silbadores
y la KL toca “Arriba con la Selección:”.
De pié empezamos a cantar
“Saludemos la patria orgullosos...”
Nuestro himno toca la banda militar.
Se me han puesto los ojos llorosos.
Gana el saque inicial la selección,
y en mi mente empiezo a calcular
el pisto que se van a hueviar
los directivos de la Federación.
¡Llegó la hora esperada, empezó la socazón.
Primera jugada. Pelota parada.
Tiro de “corner”. A favor de la selección.!
Los nuestros se meten a la buruca
y metemos un gol de cabezazo.
Siento un fuerte golpe en la nuca.
Me sonaron de un sandillazo.
El gol se empieza a celebrar,
pero no lo vi por el cachimbazo.
Al que me golpeó empiezo a controlar
para fajármelo de un mangazo.
Un bicho malcriado y metido,
que se estaba comiendo una minuta,
me grita: “sentáte viejo hijue...lule
dejá ver a gusto el partido.”
Los negritos mueven la bola de nuevo.
Su equipo se está poniendo abusado.
A uno le dan una patada en un hue...so
y nos sacan un defensa expulsado.
El árbitro marca la falta.
¡Tiro libre directo!.
La pelota viene bien alta.
El portero se lanza perfecto.
Fue un tiro chanfleado y brutal
que el delantero lanzó en gran carrera.
Pasó encimita de la barrera
y se estrelló contra el paral.
Los contrarios con insistencia
se lanzan al contragolpe rapidito.
En un descuido de la defensa
nos meten un gol de taquito.
“Era off-side”. El “coach” viene a protestar.
Pero el árbitro no le hace caso.
Al “line man” se fajan de un botellazo
por no marcar el fuera de lugar.
Uno a uno el marcador,
y teníamos dos jugadores amonestados.
Yo rezaba: “Ojalá gane El Salvador”,
y que me cae una bolsa con mia...
Aquí si me vine a enojar,
pues yedían mis ropajes.
Al que me “bañó” quise divisar,
pero todos se hicieron los majes.
“No se enoje, ni se ponga del carajo.”
-Me dijo el que estaba a la par-.
“Si se quiere desquitar,
aviéntesela a otro más abajo”.
Y así con el marcador empatado
terminaron los primeros 45 minutos.
“Ojalá no perdamos por brutos”
-me decía- ya un poco preocupado.
Técnicos y jugadores
se van velozmente corriendo.
Se dirigen a los vestidores
para la táctica estar discutiendo.
Bajé las gradas hasta el murito,
pues me dieron ganas de orinar.
Me llovieron proyectiles en un momentito,
y por “mión”, me vinieron a “fusilar”.
El réferi suena su gorgorito,
la bola va contra la meta salvadoreña.
La afición lanza un grito:
“Párenlos a pura leña.”
La número cinco la tiene el atacante,
un negrito de larga melena,
y en una jugada impresionante,
nos mete un gol de chilena.
Una vieja curcucha,
que andaba con su marido,
me tira yuca con curtido
y me vuela la cachucha.
“Vaya a sonarse a su abuela”,
le dije viéndola entre las faldas.
“Como se ve que no fue a la escuela,
mejor aviénteme las nal...
Su marido bravucón,
que tenía un lunar en el cachete,
saca tamaño machete
y me dice: “te voy a mandar al panteón.”
Los aficionados curiosos
de las graderías de sol,
nos ven pelear como babosos
cuando nos zampan el tercer gol.
Sacamos la pelota de nuevo.
El equipo está jugando muy mal.
Al mismo negro le dan en el otro hue...so
y nos expulsan al otro central.
Uno de los nuestros, que tiene tamaña panza,
a un negro le da un codazo en la rabadilla,
y el mulato con alevosa venganza
le da una patada en la chimpinilla.
Pelean isleños y salvatruchas.
Se levanta excitada toda la mara.
Al árbitro le cae una “polla” en la cara
y manda a los dos peleoneros a las duchas.
Reparten leña los salvadoreños,
y el árbitro de Costa Rica
marca “Penal” en el área chica
a favor de los caribeños.
Toma carrera el negro aceituno,
y nuestro portero abusado
se lanza para el otro lado,
y ya nos llevan cuatro a uno.
Se reanuda de nuevo el mascón.
A un negro le dejan la pata coja.
Por poquito le sacan tarjeta roja
a nuestro volante de contención.
Un maistro que estaba atrás
me regala un trago de alcohol.
Le dije: “Esto sabe a aguarrás”,
cuando metemos un troncho de gol.
“El mago”, que es lindo para “driblar,”
al defensa le hizo un sombrerito;
y antes de al arco rematar
al portero le hizo el tunelito.
Ya solo queda poquito rato,
el tiempo se está terminando.
Surinam nos está ganando,
perdemos dos a cuatro.
Termina el partido finalmente.
Los nuestros lloran acurrucados.Los negritos se abrazan alegremente.
¡Del mundial quedamos eliminados!
Unos tipos bien borrachos
al árbitro así le gritaron:
“¿Cuanto pisto te pagaron
mexicanos y catrachos?”
Empiezo a buscar la salida.
La marabunta sale al galope.
Por un túnel hago la huida,
y de un bolsazo me dejan miope.
Afuera había un gran relajo.
Dos bolos se estaban dando riata.
La policía daba golpes a destajo.
Yo me fui a mi casa a pura pata.
Al llegar, mi mujer me recrimina:
“Venís con juelgo a guaro y yedés a muerto.
Segurito venís de chupar del puerto
y salís con que venís de la partida.”
“Te juro, mujer adorada,
que vengo de ver el encuentro.
Si me ves todo chuco, como esperpento,
es porque me pasó encima la cuchada.”
“Pues ahora, por andar de necio
vás a dormir en el sofá.”
“Yo me voy con los bichos donde mi mamá.”
Te castigaré con “el látigo de mi desprecio.”
“Te juro que no me vuelvo a portar mal.
Y al estadio no regreso a ver otro partido.
De ahora en adelante del fútbol me olvido...
...hasta el próximo mundial.”
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