DIANDRA MEJÍA ESCENA@ELSALVADOR.COM Lunes, 20 de Febrero de 2012
Nacido el 28 de febrero de 1912 en el barrio San Rafael de Santa Ana, Francisco Palaviccini marcó el ámbito de la música en El Salvador. Estamos a casi un siglo desde su nacimiento, pero su influencia y su trayectoria convirtieron a este singular personaje en una verdadera leyenda.
Director de orquesta, compositor, arreglista, violinista, trompetista, pianista y saxofonista, todas estas características influyeron para que Palaviccini tuviera una gran proyección y se convirtiera en maestro de muchas generaciones.
A este músico lo recuerdan con cariño sus discípulos y compañeros con quienes compartió los mejores años de su vida.
Para José Antonio Bonilla, vocalista del extinto grupo Bossa, del que formó parte "Paquito", como lo llamaban cariñosamente, él era todo un ejemplo a seguir.
"La entrada de Paquito Palaviccini al grupo fue maravillosa. Nosotros en ese entonces trabajábamos en el Café Concert y tuvimos un concierto con Radio Femenina que fue todo un éxito. El dueño del lugar al ver eso nos dijo que por qué no invitábamos a Paquito. Él aceptó y desde entonces se quedó con nosotros", explicó Bonilla.
"El maestro vino a dar un esplendor que nunca hubiéramos tenido; nos amplió el horizonte", comentó el músico.
Luego recordó que Palaviccini tenía 72 años cuando se integró al Grupo Bossa, después de haber pertenecido a muchas orquestas más, pero que tenía la fuerza y el dinamismo de un joven.
Hugo Ortega, quien fue representante del grupo Bossa, afirma que el maestro es una reliquia musical que heredó un gran aporte a la música salvadoreña con el xuc. "Para mí era un ejemplo. Me gustaba escuchar todas sus experiencias", añadió Ortega.
Sus composiciones
Francisco Palaviccini es muy conocido por darle vida a muchas canciones que con el paso del tiempo han identificado a los salvadoreños.
En 1958, el maestro, siendo director de la Orquesta Internacional Polío, dio a conocer su primer xuc titulado "Adentro, Cojutepeque" y en 1962 tuvo un éxito total con "Ensalada a la Palaviccini" que lo mantiene ocupado en amenizar fiestas elegantes y populares por casi 30 años.
Sus composiciones más divulgadas son "Carnaval en San Miguel", "Adentro, Cojutepeque", "Santa Ana mía", "El café de mi tierra", "Del Paisnal", "El Xuc", "Cocotero sonsonateco", "Regalo de Navidad", "El torito", "El candelareño", "Zacatecoluca" y "Santiago de María", entre otras.
Hay que destacar también que él fue quien armó el primer mariachi en El Salvador.
"Cuando veo que sus canciones las bailan y cantan en las escuelas o cada 15 de septiembre me da tristeza porque nadie se acuerda de él", expresa Antonio Bonilla.
"Él era calidad de persona, fino, muy elegante y dinámico. Tenía una paciencia maravillosa para enseñar" , agregó.
Otro de sus alumnos y compañeros que lo recuerda con mucho agrado es César Merlos, actual director del Coro de la Universidad de El Salvador.
Este músico también pasó buenos momentos con el rey del xuc y musicalmente dice que no hay otro mejor que Francisco Plaviccini.
"Sus en señanzas dentro del área de la música es lo que más recuerdo. El solo hecho de haber trabajado con él durante 19 años fue toda una escuela. Toda su experiencia nos la transmitió", expresó Merlos.
"Todo fue maravilloso. Los mejores años siempre que él estuvo con nosotros lo vimos animando el grupo. Mientras él estuviera con los jóvenes él era uno más", señaló este músico.
Además agregó que Palaviccini hizo algo bueno para el país creando el xuc y comentó que el maestro decía: "Si Colombia tiene la cumbia y otros países tienen su propia música, por qué no El Salvador tiene su propio ritmo que lo identifique".
César Merlos también comentó que la enseñanza de Palaviccini fue muy valiosa.
Trayectoria
Paquito Palaviccini inició su carrera en 1923 cuando estudió solfa en el Conservatorio de El Salvador. Luego realizó estudios en Guatemala, Panamá, Venezuela, Cuba y Perú. Durante todo este tiempo también tuvo la influencia de su padre.
Posteriormente con el grupo "Daiquirí" viajó a Perú, en donde conoció al compositor cubano Ernesto Lecuona, quien lo contrata como trompetista para una gira por Chile, Brasil y Argentina.
Cuando el maestro llega a Argentina se queda por siete años estudiando trompeta y clarinete en el Conservatorio de Buenos Aires. En ese lugar dirigió la Orquesta del Teatro Avenida de esa capital sudamericana.
Pero la nostalgia lo hace regresar y en su retorno organiza la Orquesta "Dixie Pals" para tocar jazz y la más variada música norteamericana.
Palaviccini fue también el director de la orquesta "Alma Mater" de la Universidad de El Salvador en 1972.
El maestro falleció en 1996 de cáncer en la garganta, pero su legado permanece en los corazones de quienes lo conocieron y compartieron experiencias con él.
Sus canciones suenan en muchas calles, escuelas y casas en el país y seguirá siendo ejemplo para futuros músicos en El Salvador.