viernes, 20 de noviembre de 2009

El Ángel de la Guardia, por Luís Echegoyen.


¡Qui`ubo, Cherada!

Fìjese que no le habiya escrito, porque me metieron preso otra vez y ayì nuabiya tinta, ni menos papel...¡Viera, oye!...el papel, si se conseguiya, no lo usabamos para cartas, sino que parotra cosa, porque fìjese que aquì en el tambo, como si juera maldiciòn, se harta uno menos, pero se obra el doble...y siuno no se harta del todo, se obra el triple!
Asies queso de usar el papel parescribir aquì en la de choto, es màs que pecado, porque enqueseya en pedacitos los va ucupando uno pa`ligiene de la salù y dispuès, cuando siacaba, se va uno pedaceando los trapos que trài, hasta quiuno se queda en las puras garras, como que fuera Tarzàn.
Por eso es que el papel y los chirajos valen màs que el pisto aquiadentro y uno los esconde como puede. Aquì la buena cherada se demuestra pasandole enqueseya una tirita de papel o de trapito a un camarada..¡Si viera còmo se lo agradecen! Sòlo con una projunda mirada triste de reconocimiento involuntario que les llega de la ispiraciòn de su alma sòla y atormentada por todos sus pensamientos carcelarios!

¡Jum...èso de comer poquito y descomer a lo grande, son inventos dèsos cuiliones gringos que vinieron a entrenar a los cuilios de aquì, adispuès que disolvieron la benemèrita, la diacienda y la policiya nacional y zamparon tambièn en la misma olla a un cachimbo`e guerrilleros bien tramados que veniyan de las montañas de Honduras...¡Imagìnense cherada, los ratones los gatos y los chuchos, revolvidos en el mismo costal, a cargo de la justicia del paìs!...¡Pero de què me quejo...si injusticia, siempre ha habido!...y si nò, mire lo que pasò en mi pueblo, hace muchos años...



.-.Las llamitas de la fè.-.
Fìjesese que allà en mi pueblo El Ocote, apesar de que nuay luz elèctrica, su gente es "bien alumbrada"...Mire, viera como esperan con grandes ansias la llegada de Diciembre, para salir en las pastorelas....Si hasta se peleyan por ver quien va a dentrar en ellas y quien no . Entonces, cada año, para que no haigan èsos relajos, el Cofrade Mayor, les va agregando pastores, soldados romanos, o cinturiones,(asi les dicen porquiandan todos yenos de correyas de cuero) y otro montòn de majes que van vestidos de abejas que caminan en cuatro patas, porque las van pastoriando.

Fìjense quiun año hasta queriyan poner seis reyes magos, inventando que los otros tres yegaron tarde porque se habiyan perdido en el mar oceano del oriente màs lejano que Jocoro.
Y es que toda la galguitud por salir en lo que seya, nues tanto por los tamales, ni el pan dulce, ni por cafè ni por el chaparro que les dan en cada casa que visitan, sino por las candelas quiocupan para hacer la projesiòn que va de casa en casa, alumbrando las calles del pueblito, con sus llamitas de fè...Y viera que son bien tramados, porque las candelas nuevas sòlo las yevan los que van enfrente de toda la mara...los demàs, sòlo yevan un cabito y asì se van cambiando de lìnea, hasta que todos tienen un cachimbo`e candelas nuevas que se esconden entre los mantos y las desarmaduras de los tales cinturiones, los que ya a riata, agarran de verdà su papel de guardias y andan empujando juerte a la gente, que se cayen con porrazo...pero ya para la madrugada cuando casi todos estàn bien bolos de tànto chaparro y chicha de tanatillo, la gente se caye sòla de la gran juma qui`anda, pior cuando los zamaqueyan otros que ni han salido en la pastorela, y eso luacen para que les caygan las candelas y guebiàrselas...¡Mire!... Y asì, en esta zamotana. desde el primero de diciembre hasta el siete de enero, ¡todos los santos diyas! Otros màs alumbrados, que son los mañosos, venden las candelas nuevas cuando hay plaza`e mercado. ¡Pùchica, si yo a veces digo que un diya dèstos, èste pueblo El Ocote, se và aderretir de tànta esperma de candela, porque se siente el tufo a iglesia yena, dende cinco cuadras antes de dentrar al pueblo!
Como èste pueblo es tàn pobre, la gente no và a la iglesia, sòlo por no dar limosna, porque no tiene pisto...Pero fìjese que la fè es tàn grande, que hasta los hombres, cuando van, se tapan la cara con algùn paño viejo, para que no los arriconozcan y adispuès anden diciendo quièn diò y quien no diò...por èso es que don Mateyo, el sacristàn, un viejito bien viejo, cuida el santo templo y lo va a limpiar cada semana...siesque don Mateyo es un màrtir, ya que por ser èl mismo, el Cofrade Mayor, es el que viene ensayando las pastorelas, "dende que el mundo es mundo". Y èsta iglesia, no tiene cura fijo, porque no tiene limosnas. Cada mes, cuando hay misa, yega uno nuevo...vè el panorama y ya no regresa..Y es que cuando dentran al pueblo, se enganchan y dicen, "Uy, que gente màs piadosa, como guele a cera derretida...asaber cuàntos altares habrà" !Pero adispuès de la misa, a l`ora de pasar el cuchumbo, ven que la realidà rial es otra, ya que ni en el templo hay candelas, ni en el cuchumbo limosnas!...¡y ya no regresan!

Por èso es que la jente de El Ocote, ucupa las pastorelas como un acto relijioso de arrefexiòn ispiritual que los acerque enqueseya una vez al año, a la inmensidà de los cielos. Otros pueblos y cantones vecinos, se burlan de lojotros, diciendo que El Ocote "no tiene cura"...¡Seguro que no tenemos cura...pero diotra cosa! ...Y aquì les pongo dos ejemplos...Miren, hacen muchos años, una de las cipotas màs chulas del pueblo, qu`es una chelita que se trajo su mama, la niña Lola, bien tiernita, como un ricuerdo de cuando se juè a servir a la capital, pues èsta bichita, que se yama Blanca, ya a los 16 años y criada en èstas tierras, como teniya la carita bien linda. como diartista, dèsas que cantan y se chuloneyan todas y como se manejaba un cuerpecito bien desarroyadito y sobre todo un cabeyo asi, largo, como achelado, como de màiz, juè nombrada por don Mateyo para que eya hiciera de Angel Mayor en la pastorela dèse año....Y la nana, la niña Lola, como haciya de Pastora Mayor, no se le despegaba, como no se despegaba de la botella de chaparro, ende que regresò de la capital toda tristosa y arrastrando a la Blanquita...¡pero el diablo es el diablo y le incuentra salida a todo...y todo lo enrrieda tambièn! Habiya uno que le habiya echado el ojo a la chelita y se habiya jurado entre ceja y ceja, "¡A èsta mazorquita tierna, la desgrano yo!"...Este pìcaro de siete suelas, era Gumero. el chichero.el que les vendiya el chaparro a los que teniyan pastorelas en sus casas y que por èso ya se lo habiyan yevado preso varias veces, los diacienda y hasta los de la guardia de San Juàn Tepezontes, con todo y sus chilindrujos qui`ucupaba pa`la estilaciòn, pero al salir, golviya a lo mismo.


Esta vez consiguiò que don Mateyo le diera el papel del Diablo, en la pastorela...y asì juè...ay iban, de casa en casa y el diablo del Gumero le dijo a la nana de la Blanquita, que se echara un traguito para el friyo...diuno que nuera del corriente que èl vendiya, sino diuno bien refinado que èl tràiba escondido en uno de los cachos y que luaciya de vez en cuando,sòlo cuando se sabiya quiba a yegar cura al pueblo. Porque el ùltimo que estuvo, como le gustaban los triquis, le juè a bendecir todas las ollas hasta el jondo de la quebrada onde teniya el alambique y dende entonces, no lo habiyan apresado los de la chichera.
La niña Lola, al prencipio se opuso a acectarle un trago al diablo del Gumero, pero pudo mas el yelo de la madrugada y la ganita que nunca le faltaba y al fìn se convenciò quiuna lijita no liba a ser daño, pero que liba cortar el friyo.
Y asì, de casa en casa, la Pastora Mayor siempre andaba buscando al Diablo para que diera màs del bendito refinado.

.-.Los cachos del Diablo.-.
Cuando la niña Lola buscò al Gumero, este no apareciya por ningùn lado...¡ni su hija!
¡Pero ya enguelta en los vapores atontadores del chaparro,en realidà, l`importaba màs encontrar al chichero con su lijita, que a l`ijita de ella!
Y no juè sino que como a las cuatro`e la madrugada, cuando hicieron la ùltima cantada, bailada y rezada, que todos los feligreses se dieron cuenta de la desapariciòn del Diablo y del Angel Mayor...y màs, cuando un cipote yegò corriendo bien asustado y gritando a todo lo que daba..."¡¡Vengan...vengan, quiàllà por el chilamatal del riyo, el Diablo tiene bien despatarrado al Angel Mayor y bieran todas las picardiyas que le està haciendo con un gran cacho!!...¡¡vengan...vengan!!"...
...y al riyo corrieron todos y en la carrera que yebaban, se les cayeron todas las candelas. Y es que a veces, la curiosidà puede màs que la necesidà.
Y en el riyo los encontraron...gueno la hayaron sòlo a ella, tirada en la grama, toda desmechada y con las alas todas desplumadas y el aro di`angel que yebaba en la cabeza, lo teniya enganchado en el galiyo...pero lo pior de todo juè que estaba enseñando todas sus verguenzas, porque estaba como que le habiya dado vàgido, asina, como dormida, pero con los ojos abiertos y con una sonrisa istupida en su cara del rostro.
Del diablo del Gumero, sòlo encontraron la capa, la cola y uno de los cachos. La niña Lola siagachò y agarrò el cacho y dijo; "¡Vè que diablo màs irfeliz, se yevò el cacho del refinado!" y lo tirò lejos.

Ante tàl escàndalo, el pueblo todo, de El Ocote, se sintiò burlado de su fè y necesidà.
Y asì, vestidos de pastorela,se jueron todos a pura pata hasta el pueblo grande, a poner la queja a la guardia. En el puesto de la Benemèrita, estaban los cuatro agentes, el cabo y el sargento mayor.
este tomò la declaraciòn despuès de haber tomado el canutero y inmediatamente, dispuès de haber hecho un montòn de circulos y letras invisibles en el papel, como pa`coger inviòn, escribiò, con trazos bonitos y firmes, asi, pues, "con letra`e guardia", la declaraciòn.

"A los quince dias del presente mes de diciembre del año mil novecientos sesentidòs,ante mì, Sargento Patrocinio Chàvez, encargado, jefe y responsable del puesto de avanzada rural de la siempre Benemèrita Guardia Nacional de la Repùblica de El Salvador, en la Amèrica Central, puesto que se localiza en la ciudad de San Juàn de los Tomates, departamento de La Paz, de la misma y susodicha repùblica, ante mì, repito, se presentaron varios honorables residentes del pueblito El Ocote,vecino de èsta jurisdicciòn. Para mayores señas, anoto que El Ocote, es màs conocido por èstos rumbos, como Las Candelas, (que para alumbrar, es lo mismo). Dicho pueblo e`stà a tres leguas de aquì. Los susodichos ciudadanos declaran, que mientras cantaban las pastorelas en dicha poblaciòn, el individuo, Gumaro "El Chichero",(porque se desconece el apelativo del interfecto), violò a mansalva y contra su voluntad, a una menor de 16 años, aquì presente, de la cual, todos los vecinos se negaron a proporcionar su susodicho nombre,por haber sido, como expresaron, de mucha verguenza para su comunidad, en su mayorìa indìgena, menos la susodicha vìctima, que se vè de aspecto ladina, ya que es bien blanca, bien proporcionada y de facciones agradables y quien en vez de estar triste, apesadumbrada y adolorida por lo que le sucediò, muestra en su rostro una gran placidez.

Instruimos pues, a los acongojados vecinos, que se regresaran tranquilos a su pueblo y que atendieran despuès a la vìctima en todo lo que fuera posible, ya que todas las seis parejas de guardias de èsta jurisdicciòn, buscarìamos intensamente al culpable, en todas las covachas de la montaña y en las barrancas de la sierra, hasta dar con el interfecto y capturarlo vivo o muerto, para que pague con sus huesos en la càrcel, èsta terrible afrenta a la sociedad. Dicho y hecho, los vecinos de Las Candelas, firmaron todos dicha acta y se fueron esperanzados en que el brazo largo de la ley, darà con el culpable, como sin duda ocurrirà, porque no hay Diablo que pueda con la Guardia" Al firmar la acta, los que no podiyan escrebir, pusieron una cruz y otros pusieron hasta tres, para sentirse màs importantes.

Pero la cosa en rialidà no juè asina...porque lo que sì pasò, juè que dispuès que todos se jueron, sòlo se quedò la niña Lola..y la Blanquita.
A la vieja, el zorro del sargento, veterano de tànta chicherìa, le sintiò la gran resaca del refinado y se dijo; "¡Vaya...a una la han violado y a la otra la han embolado!"... y yevandose a la vieja a un cuartito que hacìa las veces de comedor y de salita, con el tìn tìn de que la mañana ya habiya yegado y para que mezclada con los nervios de la ocasiòn, no le juera a entrar una goma bàrbara, d`esas de garabatiyo, la convenciò que se atravesra dos soberbios tamalguaishtazos y le dijo que se quedara ahi, que ya iba a regresar èl, porque iba a eisaminar el cuerpo del delito.

¡Y vaya que si lo eisaminò!...la cipota, que estaba como lela, casi ni sintiò cuando le quitaron el camisòn arrugado y yeno de hojarascas, ni las alas, ni nada...el sargento la dejò chuloncita, como cuando la niña Lola la trajo de la capital, nada màs que agora estaba màs desarrolladita, un poco eisageradita, talvez.
El pìcaro del sargento, le dijo a su tropa que se juera al patio y que ya los irìa llamando, en òrden, dependiendo de su rango..o seya, de segundo el cabo y dispuès los agentes,
asigùn los años que tuvieran de alta.

Como a la una de la tarde, los vecinos que se habiyan quedado a la entrada del pueblo, vieron llegar a las dos mujeres...una bien de goma, toda mocosa, con los ojos todos colorados y la otra, toda arrugada, con el camisòn al revès, arrastrando el aro que debiera de tener puesto en la cabeza.
Ante las indagaciones de los vecinos, la niña Lola les dijo, que el sargento Chàvez les habiya dicho que para hacer la cactura mas ràpido, habiyan tenido que eisaminar varias veces y bièn bièn, el cuerpo del delito.
La gente, con respeto a la pena y al dolor ajenos, comprendiò la gran injusticia impuesta por la justicia...y en silencio, cadicual se juè para su casa.

Cabal, a los nueve meses, la Blanquita, a la que le cambiaron el nombre por el de Toyita, dende cuando el aicidente y ya les guà decir porquè. Pues èsta tuvo un cipotiyo igualito a ella, bien bonito...pareciya un angelito, nada màs que morenito...Y discurriendo que habiyan sido màs los guardias que el diablo sòlo los que se la atoyaron, despusieron bautizarlo como Angel...Angel de la Guardia y a su mama, la atoyada, "Toyita". ¡Por èso es que dicen que la Guardia, puede màs que el mismo diablo!
________________________________________________________________Miren cherada, ya se miso oscuro y no quiero seguir gastando màs candelas.
¡Como no sè cuando guà salir, diun vez les deseyo a todos una buena navidà, pero sin pastorelas!...pero èso sì..¡CON MUCHO CHAPARRO!
Su chero, Gumaro.
Luis Echegoyen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Memo como siempre un diego estos escritos tuyo me llega chulada salu tu chero Hugo

Memo dijo...

Gracias Hugo por visitarme.

Trato de poner cosas que los demás blogs no ponen.

Saludos.

Memo.